Cap. Luis Enrique Jara Jara
Es necesario fomentar una cultura de prevención ante este tipo de delitos. En el mundo, por el desarrollo tecnológico y las crecientes oportunidades de acceso a Internet, la red está siendo utilizada por organizaciones criminales nacionales e internacionales, que promueven: pornografía infantil, fraude, piratería de software, hackeo, venta de estupefacientes, etc., constituyendo una amenaza para los sectores más vulnerables de la sociedad: niños y jóvenes.
Esta población sensible usa Internet por varias horas al día, lo que le predispone a ser víctima de un delito, además que niños y adolescentes pueden convertirse en adictos al uso de las redes sociales.
Los delitos informáticos que prevé nuestra legislación están tipificados en el Código Penal Boliviano, en los Arts. 363 Manipulación Informática, 363 Alteración, acceso y uso indebido de datos y 363 Delitos Informáticos. Son delitos dolosos y de resultado.
El delito informático implica violación de la intimidad, por publicación en Internet de fotos o videos personales o íntimos; violación del correo electrónico o cualquier comunicación electrónica, así como estafa, amenazas o acoso; robo de cuentas bancarias; pornografía infantil, etc.
También puede haber cyberbulling, que implica abusos de tipo verbal, mediante el uso de medios electrónicos. Principalmente manifestaciones de odio, burlas, fotomontajes, acoso y amenazas; apuntando a estudiantes, adolescentes e incluso a niñas y niños, trayendo consigo destrucción moral, daños psicológicos y deserción escolar.
Grooming es el engaño por parte de un delincuente adulto, el cual simula a través de medios electrónicos ser un niño o niña para contactar a menores de edad y adolescentes con diversos fines, como la agresión o el abuso sexual.
También hay suplantación personal, que consiste en la creación de perfiles falsos en las redes sociales y cuentas de correo, utilizando datos personales y fotos de las víctimas sin su consentimiento, con el fin de atentar contra la integridad moral, la intimidad, el buen nombre o el honor de las personas, etc.
El ataque informático puede producirse contra Hardware, Software, Información almacenada y otros.
La responsabilidad para que esta población tan sensible no sea víctima de estos delitos es de padres, tutores, curadores o apoderados, que pierden esa condición cuando se vuelven exageradamente permisivos con sus hijos. El principio de autoridad no debería desaparecer, de lo contrario llegaríamos a ser padres obedientes ante nuestros hijos. Los padres sobreprotectores dejan muy vulnerables a sus hijos. No se debe dar a hijos pequeños teléfonos celulares, ya que existe el riesgo de que los contacten.
Tenga reglas claras y férreas en cuanto a tiempo de uso de internet, experimente con sus hijos un día sin celular, sepa que a niños y jóvenes les gusta tener amigos virtuales. Pero la confianza con amigos virtuales no existe. Es necesario enseñar a los hijos a decir NO.
La familia es un factor de protección, inculcando en los hijos valores como honestidad, lealtad, respeto y responsabilidad. La escuela también es un factor de protección, pero no hará todo el trabajo de los padres.
Como los celulares se convirtieron en medios de entretenimiento, se debe tomar las medidas necesarias para prevenir la delincuencia informática. Son necesarias estrategias oportunas para evitar que niños, jóvenes y adultos “contribuyan” a engrandecer este fenómeno criminógeno.
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