Vecinos denuncian lucro con campos deportivos

Los vecinos de varias zonas paceñas expresaron su extrañeza porque algunas personas, que se atribuyen la dirigencia vecinal, continúan lucrando con el alquiler de los campos deportivos a los gremios de choferes, además de producirse en el lugar el consumo desmesurado de bebidas alcohólicas, en vez de efectuar una práctica deportiva sana, que sea ejemplo para niños y jóvenes.

Los adolescentes y jóvenes no pueden ya ingresar a las canchas de fútbol con césped sintético, con la misma libertad que antes, porque resulta “muy caro”, además que son alquiladas a grupos de personas mayores que tienen la capacidad de pagar entre Bs 100 a 200 por partido y que después de jugar se dedican a embriagarse.

En procura de conocer la forma de administrar los campos deportivos, EL DIARIO visitó la zona de Pampahasi, donde los vecinos denunciaron que es la junta de vecinos la que cobra el alquiler de la cancha de futbol.

“Sólo podemos entrar en las mañanitas, de 6.00 a 8.00 horas, porque luego las cierran y cobran para poder entrar”, comentó un adolescente que, junto con 11 de sus amigos, jugaba en una cancha de cemento, que está fuera del campo de césped artificial de la zona.

Recordaron que cuando la cancha era de tierra nadie quería jugar. “Ahora para jugar nos piden 200 bolivianos, por dos horas. Es mucho para nosotros”, lamentaron los jóvenes.

El problema se repite en la cancha “Rafael Pabón”, de Villa Copacabana, que se encuentra cerrada y es necesario buscar al “encargado” para fletar el campo deportivo.

Sin identificarse y tal como se tratara de un chofer, el periodista de EL DIARIO buscó a don Ángel A., quien confirmó el flete del campo deportivo.

“Quiere alquilar la cancha”, preguntó la respuesta fue “sí”, en ese contexto reveló que el flete es de 200 bolivianos por dos horas, pero que la cancha estaba ya alquilada al sindicato de minibuseros.

La situación se repite en los campos deportivos de Bajo Següencoma, en la avenida Costanera. No así en los ocho campos restantes, que fueron habilitadas por la Alcaldía paceña en la cancha Zapata.

La cancha de Vino Tinto está en un predio municipal, pero no es administrada por la municipalidad, sino por la Liga de Vino Tinto.

“Nosotros lo manejamos y damos además factura por el alquiler”, dijo de manera “alevosa” el administrador, que prefirió no dar su nombre, cuando EL DIARIO le hizo la pregunta de rigor.

NORMATIVA LEGAL

La Ley del Deporte 2770, además de la Constitución Política del Estado (CPE) en sus artículos 105 y 106, señalan: “Toda persona tiene derecho al deporte, a la cultura física y a la recreación. El Estado garantiza el acceso al deporte sin distinción de género, idioma, religión, orientación política, ubicación territorial”.

Empero esos preceptos no se cumplen y los deportistas deben pagar hasta 200 bolivianos a supuestos “administradores”, que antes de fomentar la sana práctica deportiva lucran con los deportistas que están a merced de estos mercaderes de las canchas, además de competir en desigualdad de condiciones con los sindicatos de choferes, que alquilan las canchas de futbol para sus campeonatos.

Resulta un misterio el dinero que recaudan los supuestos administradores, toda vez que no se observa que exista una instancia que fiscalice el buen uso de esos recursos económicos, lo que pone en evidencia el lucro personal de los encargados o dueños de las canchas.

BORRACHERA

El otro problema es el consumo de alcohol en los escenarios deportivos, después de los campeonatos. A raíz de ello, ocurren peleas, escándalos y escenas bochornosas, como cualquier puede apreciar en inmediaciones de las canchas.

Al respecto, las normas deportivas prohíben, pero como se trata de los sindicatos de choferes, estos tienen la protección de los supuestos administradores y de quienes venden cerveza, singani y todo tipo de bebidas alcohólicas.

EL DIARIO continuará haciendo el seguimiento a este tema, en procura de recuperar los campos deportivos y que estos cumplan una función social que beneficie a niños, jóvenes y adultos que practican el deporte de forma sana, sin vicios ni ofrecer espectáculos bochornosos.