El país vive bajo un discurso ultra conservacionista; en los últimos meses han sido anunciados por el Gobierno algunos proyectos que ayudarían a evitar una crisis que se avecina al agotarse nuestras reservas de gas. Los compromisos con Brasil y Argentina para venderles gas, más las necesidades internas superan la producción anual actual y las reservas tienden a disminuir y agotarse, porque oportunamente no se ha hecho las inversiones necesarias para encontrar nuevos campos.
Frente a esta situación, se ha anunciado la ejecución de varios proyectos antiguos, como son El Bala-Chepete, Rositas como proyectos hidroeléctricos, los cuales además podrían afianzar los primeros contratos de exportación de energía a Argentina, y aumentar nuestra capacidad de exportación. Además se ha anunciado la posibilidad de aprovechar la técnica de fracking para su aplicación en la zona chaqueña, que tendría reservas de gas en areniscas del Chaco.
Con voz unánime varias organizaciones conservacionistas, con un fuerte discurso de defensa medio ambiental, han dicho no a la puesta en marcha de estos viejos proyectos.
Pero si vivimos 500 años de la minería y en los últimos 60 años recién hemos empezado a desarrollar la parte oriental del país, logrando un importante aporte a la producción para el abastecimiento interno y la exportación de alimentos en Santa Cruz y con la ganadería beniana. ¿Por qué no aprovechar nuestro extenso territorio y su base de recursos naturales para mejorar el PIB nacional?
Recordemos algunos aspectos de los proyectos citados.
Sobre el proyecto El Bala, ENDE nos informa: el proyecto está concebido con el objetivo principal de generar energía eléctrica, principalmente para la exportación, sus centrales hidroeléctricas aprovecharán los grandes caudales de agua del río Beni. Una vez construidas, serían una de las fuentes de energía más grande del país. El Proyecto El Bala es de carácter multipropósito; al margen de la generación de energía eléctrica, permitirá el control de crecidas en beneficio de las poblaciones asentadas a orillas del río Beni, mejoramiento de las condiciones de navegabilidad del río Beni desde Rurrenabaque hasta Cachuela Esperanza, su embalse, correspondiente al aprovechamiento Chepete podrá ser empleado para usos múltiples, como abastecimiento de agua potable, como para fines recreativos, mejorando también las condiciones, infraestructura y servicios, lo que contribuirá de manera directa a un mayor desarrollo turístico.
Ubicación: El proyecto se localiza sobre el río Beni, el Componente 1 denominado Chepete está en la provincia Franz Tamayo (La Paz). El Componente 2 denominado El Bala se encuentra sobre el río Beni. Ambos pertenecientes a las provincias Abel Iturralde (La Paz) y Gral. Ballivián (Beni).
De acuerdo con los datos iniciales del proyecto, El Bala afectaría a 2.000 personas que viven alrededor de la presa proyectada, 700 personas en Pilón Lajas, 1.200 personas de las poblaciones de San Buenaventura y Rurrenabaque. Los pueblos indígenas afectados: 1.360 indígenas de los grupos que viven en Pilón Lajas, de los grupos Tsimane, Tacana, Chimán y Mosetén.
Estos son grupos relativamente reducidos, si se considera los numerosos proyectos que ha ejecutado Brasil en la cuenca amazónica, o los 3 millones de personas que fueron desplazadas, con el proyecto Yang tse kiang en China.
Los efectos benéficos para el desarrollo de toda esta región y el valor de las exportaciones de energía beneficiarían a toda Bolivia. Así que adelante.
Continuaré con este tema en mis próximas notas.
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