Evitar una pareja agresiva

Muchas de las víctimas de violencia han tenido una o varias oportunidades para evitar ser parte de la construcción de un núcleo de violencia. Pero no lograron identificar a tiempo el perfil de un agresor o pensaron que el agresor cambiaría su conducta con los hijos o su nueva familia.

Muchas jóvenes en la hora de enamorar no se preocupan por conocer el perfil de un posible agresor, porque están ilusionadas con la apariencia externa y la compañía de un romance superficial. Pese a haber indicios de que la pareja registra conductas agresivas, prefieren no tomarlos en cuenta, menos solicitar orientación psicológica antes de construir una familia.

Estudios básicos en psicología dan cuenta que algunos agresores provienen de familias donde hay un ambiente de violencia, conductas impulsivas, agresivas, con antecedentes de violencia psicológica o física en contra de la madre del ahora joven o señorita con perfil de agresor.

Según el perfil del posible agresor, éste interactúa con la víctima humillándola, coaccionándola, denigrándola con intimidaciones constantes. Es alguien con baja autoestima y suele manifestarla con actitudes amenazantes y omnipotentes. Es manipulador, nunca reconoce sus errores. Utiliza la agresividad para conseguir sus objetivos.

Al crecer y estar familiarizado con la violencia como conducta, el o la agresora en la etapa de enamoramiento ya demuestra celos, inseguridad, miedo al abandono de su pareja y considera a la misma como de su propiedad y no alguien con decisión y acción propia.

Estas manifestaciones cuando se presentan en la etapa de enamoramiento no cambian, no son eliminadas, sino que pueden agudizarse, factor que incrementa las denuncias de violencia familiar y doméstica, atendidas por la Fuerza especial de Lucha Contra la Violencia (Felcv) en el departamento de La Paz, que identifica 9.288 casos el 2016 y 7.992 denuncias para el 2017, convirtiéndose en uno de los delitos más frecuentes, que las víctimas dan a conocer, luego de formar hogares, donde la violencia genera riesgos para sus miembros más vulnerables.

Por tal razón las jóvenes deben no solo advertir estas conductas violentas de sus enamorados y posibles parejas a tiempo, antes de verse involucradas en un núcleo de riesgo que solo permita mayores consecuencias en la hora de construir futuras vidas, con perfiles de violencia extrema.

Para ello los establecimientos escolares, ONGs, Municipios y otras instancias debieran interactuar en los establecimientos escolares públicos y privados, para que los jóvenes y señoritas detecten la violencia en la etapa de enamoramiento y demanden no solo el alejamiento de estas personas, sino el tratamiento psicológico para ellos y ellas, con la finalidad de evitar que estas conductas violentas lleguen a otras víctimas.