En el mundo, menos en países que se originan por la colonización británica, como Estados Unidos y Canadá, se conmemora el 1 de mayo como Día del Trabajo, fecha en la que se recuerda la masacre de Chicago de 1886, cuando fueron cruentamente reprimidos trabajadores que demandaban que se reduzca a ocho horas la actividad laboral diaria, que en ese tiempo era de hasta 10 horas y en muchos casos no había un límite formal para las horas laborales.
El trágico suceso se produjo en Haymarket Square, que era un barrio de Chicago, donde se registraron revueltas obreras para conseguir que se imponga la norma legal de que la jornada de trabajo se reduzca a las ocho horas.
En la actualidad, en la mayor parte del mundo se rememora el 1 de mayo como el origen del movimiento obrero moderno, con la suspensión de las actividades laborales en ese día y la realización de manifestaciones conmemorativas a la gesta de 1886, pero a la vez como celebración por el mérito que tiene el trabajo para la vida de los seres humanos.
Existe también la versión de que se procuraba obtener una especie de ordenamiento de las 24 horas del día, en sentido de que ocho horas sean dedicadas al trabajo, ocho al ocio y ocho al descanso nocturno.
En todo caso, es un reconocimiento general a la importancia que tiene el trabajo para la humanidad, puesto que es el medio de vida de la población en general, cuyo desempeño no siempre se reduce a las ocho horas de trabajo, sino que demanda conocimientos, esfuerzos y sacrificios para cumplir buena parte de la jornada laboral, que se extiende muchas veces por más tiempo.
El hecho definitivo es la legalidad de las ocho horas. El resto es por voluntad o necesidad, que en unos casos puede limitarse a ser solamente personal, pero en otros llega a tener alcance colectivo.
Existe también la demanda de muchas horas de trabajo que tiene la actividad agropecuaria, por lo que en este caso no se aplica el límite de las ocho horas, pero esto concierne ya a las necesidades colectivas de la actividad rural. La que, sin embargo, tiene también periodos prolongados de descanso, lo cual está sujeto a las estaciones atmosféricas o a otras circunstancias más particulares o específicas.
En la oportunidad resulta igualmente indispensable anotar que la conmemoración del Día del Trabajo es, asimismo, producto del acuerdo de un congreso obrero socialista realizado en París en 1889, que dispuso con carácter formal que el evento se efectuaba en honor a los mártires de Chicago, puesto que en el levantamiento obrero la demanda no se redujo únicamente a las ocho horas de trabajo, sino a otras reivindicaciones sociales de importancia en ese tiempo.
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