Mujer más longeva expresa ternura y fragilidad

Un rostro cansado y lleno de ternura es el de Isabel Cocaure, la mujer más longeva del centro de Acogida María Esther Quevedo, quien fue homenajeada al cumplir 101 años de vida, por todos los que ahora son su familia, administrativos y ancianos, que forman parte de la institución.

“Chabelita”, una de las mujeres más longevas del centro y presumiblemente del país, cumplió sus 101 años en un ameno agasajo, un aspecto de fragilidad es el que demuestra al caminar, pese a ello es una fémina que no oculta su gusto por el baile, ella demuestra mucha calidez, cuando alguien se le acerca, con un beso en la mano, es como recibe a sus invitados.

Tortas, flores, números especiales, música y baile fueron los elementos que amenizaron el homenaje a la adulta mayor, quien atenta miraba, aplaudía y participaba de cada detalle preparado en su honor. Sus compañeros demostraron su afecto dedicándole canciones y compartiendo junto a ella un año más de vida.

La anciana ingresó al refugió de ancianos en diciembre de 2007, por motivo de extravío, según se conoce tiene tres hijastras, que al parecer se olvidaron de ella, durante los 10 años de permanencia en el hogar “Chabelita” recibió apenas una visita de su nieta, sin embargo la anciana tiene temor y niega irse con ella.

“Ella es alegre, sociable y amable, le gusta participar de todas las actividades que preparamos para los adultos mayores”, dijo Viviana Álvarez, trabajadora social del Hogar María Esther Quevedo. Respecto a su familia es consciente que la abandonaron y rechaza la idea de regresar con ellos “pueden matarme”, precisó la longeva.

Chabela es una mujer viuda y analfabeta, y a pesar de su edad aún es una mujer lúcida y semiindependiente, habla aymara y español, con tan sólo acercarse uno puede recibir el amor que tiene para dar, sus compañeros se volvieron su única familia y cuidan cada paso que de ella.

Al preguntarle por su edad, la tierna mujer responde con voz suave “cien”, se agita un poco y degusta de los postres que prepararon alumnos del colegio San Calixto, quienes homenajearon a la longeva con la celebración de una misa y obsequiándole una torta.

“Para nosotros es bonito compartir con las personas mayores, porque nos cuentan sus experiencias y aprendemos de ellas, porque son cosas interesantes, sólo queremos compartir un poco con los abuelos, divertirlos y pasar un momento grato”, dijo la presidenta del curso cuarto “F” del San Calixto, Paola Robles.

Los estudiantes dieron su toque de regocijo al festejo, los rostros de los ancianos reflejaban alegría y compartieron satisfactoriamente con los alumnos del San Calixto, quienes prometieron regresar para compartir con los ancianos.