Redes sociales pueden servir para cometer delitos sexuales

Las adolescentes, sobre todo menores de edad, si bien forman una población identificada como de nativos digitales, ya que nacieron relacionadas con las nuevas tecnologías, a su vez también deberían recibir capacitación para evitar que sean víctimas de nuevos delitos, con el uso de estas mismas tecnologías.

Es una población vulnerable ante las organizaciones criminales o personas que buscan hasta la mínima oportunidad para arrancar, de ese frágil grupo social, la inocencia y el derecho a vivir plenamente.

Redes sociales como Facebook, Twitter, Instagram, YouTube, entre otras, frecuentemente están siendo ocupadas por los más jóvenes, que tienen apetito por tener nuevas relaciones, amistades y aventuras cibernéticas, pero se exponen fácilmente, publicando no solo su imagen completa, sino varios aspectos personales, datos y hasta situación emocional en la que se encuentran.

Estas publicaciones son constantes, como constante es la presencia de los cibernautas que están frecuentemente buscando y visitando a nuevos grupos, nuevas víctimas.

Pero en este mundo cibernético, donde uno puede suplantar no solo la imagen, sino datos, transmisiones y alterar muchos aspectos, es más fácil que los infractores busquen a sus víctimas alterando todos los datos y haciéndose pasar por colegialas que se encuentran en la misma situación y que comprenden a su amigo o amiga cibernética porque son supuestamente pares iguales.

Este gancho utilizado para atrapar a las nuevas generaciones, es uno de los procedimientos por los cuales se capta a muchas víctimas, quienes son atraídas y relacionadas con personas a las que no conocen fuera de las redes sociales, por lo que terminan siendo víctimas de violación, trata y tráfico de personas o abuso sexual.

Solo en la ciudad de La Paz la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (Felcv) identificó que para el 2017 se ha atendido 205 denuncias de abuso sexual, 116 hechos de estupro (relaciones sexuales de personas adultas con menores de edad, con consentimiento) y 315 denuncias de violación.

En muchos de los casos, las víctimas dan a conocer que fueron captadas, enamoradas o convencidas por sus supuestos amigos, con los cuales tenían conversaciones fluidas en las redes sociales, quienes las convencieron no solo para ponerse en riesgo, sino para ser víctimas de diferentes delitos sexuales.

Por ello, padres de familia, hermanos, familia, profesores que nacimos en otro siglo y que no somos nativos digitales, puede ser que nos cueste un poco más relacionarnos con las nuevas tecnologías con las que navegan nuestros hijos e hijas, pero será mejor aprender y compartir con ellos, antes de que otra gente inescrupulosa lo haga y ocupe la atención, contenidos y vida de las poblaciones en riesgo.

No esta demás recomendar que los padres se aproximen a los hijos e hijas para recordarles siempre que nos importan mucho y que nuestra mayor atención es saber que ellos no se expondrán a riesgos innecesarios que afecten su integridad.