Los transportistas pluviales están preocupados por una disposición brasileña que puede provocar que más de 150 familias bolivianas queden sin ingresos económicos.
Desde el lunes pasado, los transportistas pluviales de Guayaramerín iniciaron el cierre parcial de la comunicación en la frontera Bolivia-Brasil en rechazo a una disposición del vecino país que establece que las exportaciones hacia el país se debe realizar en contenedores y en embarcaciones más grandes que los actuales peque peques.
La protesta se inició la mañana de este lunes con la advertencia de que en los próximos días el cierre de fronteras será total, debido al impacto social y económico del reglamento adoptado por el vecino país hace seis meses, con la finalidad de ejecutar una ley firmada hace más de 15 años y que no estaba en ejecución.
Según la información, 1.500 familias quedarían sin empleo como efecto del reglamento aprobado hace seis meses que busca regular las exportaciones de Brasil e importaciones a Bolivia, y que debe ser puesta en marcha por la Aduana brasileña, informó Oscar Crespo, dirigente cívico de la población boliviana de Guayaramerín.
En ese sentido, "los transportistas benianos se declararon en estado de alarma, pues desde las 00.00 de este lunes se cerró parcialmente la frontera restringiendo el transporte fluvial, y en caso de no recibir atención hasta el jueves o viernes se cerrará de forma total sin permitir el tránsito del transporte y de personas", comunicó Crespo.
Guayaramerín es una ciudad fronteriza con Guajará-Mirim del estado brasileño de Rondonia, ubicada en el extremo norte del departamento de Beni en la que sus pobladores, en su gran mayoría, basan su medio de subsistencia en el transporte de cargas que exportan e importan desde Brasil.
La reglamentación exige que además de trasladar la carga en contenedores, se reemplace los peque peque, medios de transporte fluvial utilizados en Guayamerínm, por balsas.
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