Una fuerte devaluación del peso argentino en relación al dólar de 56 por ciento, inflación creciente, déficit y recesión económica en Argentina, provocó preocupación entre los ciudadanos, comerciantes y sector privado de inmigrantes bolivianos en el vecino país.
Para el embajador Normando Álvarez, la situación actual es una consecuencia de la política del anterior gobierno de ese país.
El escenario que vive Argentina ha generado susceptibilidades en Bolivia, su principal proveedor de gas, además cuyos migrantes ascienden al millón de personas.