REALEZA
Una máquina de ejercicios exclusiva, el yoga que aprendió de su madre, 40 minutos de meditación al día y su propio mantra.
La agenda de Meghan Markle se parece mucho a la de cualquier persona una semana antes de su boda: un no parar de recorrer la ciudad -en este caso Londres- para rematar cada detalle. Con un par de extras que la diferencian del resto de los mortales, claro. Por un lado, su agenda la está gestionando Amy Pickerill, su asistente personal royal con currículo impecable. Por otro, cuenta con un pequeño grupo de profesionales de primer orden para ayudarla a llegar en la mejor forma posible al evento.
Tampoco es que necesite esforzarse demasiado. Sus años como actriz en el competitivo mundo de Hollywood la han ayudado a mantener un envidiable estado de forma y salud, acentuado por su entrega a la buena alimentación. Hábitos todos que ha contagiado a Harry. Y, aunque ya no puede acudir habitualmente a las clases de una de sus mejores amigas, la instructora de Platinum Pilates Heather Dorak (que estuvo en sus despedida de soltera), sigue manteniendo sesiones en Heartcore Pilates, un gimnasio del centro de Londres que alberga el equipo favorito de Markle: ¡el Megaformer!
Si el sueño de muchas mujeres es entrenar en el mismo sitio que Meghan Markle, pueden conseguirlo. Aunque Markle, por supuesto, trabaja con entrenador personal, en sesiones que empiezan a partir de las 90 libras, poco más de 100 euros. Markle también cuenta a veces con la presencia de Dorak para ayudarla con sus sesiones, en las que se combinan ejercicios de alta intensidad con pilates y que Markle asegura que empiezan a notarse sus efectos a partir de las dos sesiones. Si le da escalofríos la intensidad de este “pilates dinámico” con ¡el Megaformer!, piense que entrenar como ella podría ser peor: podría ser adicta al crossfit.
Sin embargo, el resto de rutinas de Markle son más relajadas. Es una gran practicante de yoga vinyasa, algo que ha heredado de su madre (Doria Ragland, ex instructora de yoga) y de hot yoga, que combina el yoga con “calor terapéutico”. Y aficionada también a correr, o “meditación en movimiento”, como lo llamaba ella. Aunque lo de correr es algo que abandonó recientemente por el impacto en las articulaciones.
Meghan también medita dos veces al dia. Veinte minutos por la mañana y otros tantos minutos por la tarde. Lo sabemos porque su gurú, Light Watkins, se lo contaba a InStyle: fue él quien enseñó a Meghan a ser “autosuficiente” en lo meditativo, con un seminario privado de cuatro sesiones en cuatro días que cuesta unos 1.200 euros. Watkins también tiene un par de libros publicados que salen más baratos que pagar por las sesiones, el título de uno de ellos es Mi gimnasio interior: 30 días de entrenamiento para fortalecer la felicidad.
Markle combina esa meditación con un mantra de autoafirmación que su amiga Lindsay Roth (también presente en la despedida) y ella comparten desde hace 15 años: “Elijo la felicidad”.
Javi Sánchez
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