En un simple recuento de las inversiones estatales en el departamento de La Paz en estos 12 años de gobierno del presidente Evo Morales, solo se ve el Ingenio Azucarero de San Buenaventura (Empresa Pública Estatal, no departamental), la doble vía La Paz-Oruro y el Teleférico. Entre los productos que el Ingenio debía producir se encuentran el azúcar, alcohol vegetal y energía eléctrica. En el mercado real a ninguno se lo conoce. Baste citar que en la promoción de alcohol para biocombustible se conoce grandes inversiones en los complejos de Santa Cruz, sin incluir a San Buenaventura, por su dudosa producción.
El Teleférico más allá de ser una medida política para beneficiar a las laderas, está cobrando deforestación, ocupación de plazas y espacios verdes y una infraestructura sobredimensionada, con estaciones casi faraónicas e injustificadas. Estos gastos merecían una mejor inversión productiva. El Bus La Paz (PumaKatari) destaca también como servicio suburbano y de las laderas.
En vista de que el Gobierno se ha atribuido privativamente la construcción de las llamadas “vías troncales” nacionales, abandonó a La Paz del todo en este rubro y delega a la Gobernación la comunicación vial interprovincial a sabiendas de que ésta por su pobreza no lo puede hacer. En el departamento se viaja todavía por caminos de tierra y de herradura. No es la misma política carretera oficial para el interior del país. Este cuadro habla por sí mismo de que reteniendo aún una enorme convocatoria de voto el Presidente en nuestro departamento, no ve necesidad alguna de invertir en su desarrollo. Esto es válido porque todas las acciones del Gobierno son inseparables de sus objetivos políticos.
Para mayor desolación de la proverbial indefensión de La Paz, se añade la indiferencia y “no me importismo” de la llamaba Bancada Paceña en la Asamblea Legislativa. Carece de voz y de opinión para hablar por La Paz, tanto en la oposición y peor en el oficialismo. Y es el diputado por el Beni, Yerko Núñez, el único que reclama por los intereses paceños. En cuanto se refiere a lo nuestro, señala 3 obras asignadas a la fugitiva empresa Corsan-Corvian. La doble La Paz-Oruro que apenas terminada registra fallas y huecos. En cambio, esa empresa abandonó la carretera San Buenaventura-Ixiamas (apenas iniciada) y el proyecto de la Hidroeléctrica Miguillas, antiguo anhelo energético de La Paz. Hace un año que Núñez lo denunció ante el Fiscal General y éste prometió una de las tristemente célebres “comisiones” fiscales, sin que se sepa algo del caso.
Núñez pidió, a su vez, se investigue los 700 millones de dólares destinados a los contratos con Corsan-Corvian, sin omitir la indagación de la supuesta cuantiosa comisión a un señor Guillermo Torres Orozco para que la empresa en cuestión obtenga contrataciones directas del Gobierno. Todo indica que estas denuncias se encuentran en punto cero. El tenaz diputado acaba de denunciar una ilegal y rica explotación de oro en la provincia Inquisivi de nuestro departamento, la misma que el Ministerio de Minería no activa, afirmó. Frente a esta valiente actitud de un ciudadano no paceño, se hace más notoria y lamentable la incuria de todos los elegidos por el voto de los paceños.
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