Estado de guerra entre empresarios y Gobierno

Otro episodio para la historia del Poder Dual o cogobierno Estado-Empresarios acaba de enriquecer los anales de las relaciones entre esas dos instituciones. En efecto, después de una idílica luna de miel de dos años, se ha pasado a un estado de enfrentamiento para irse con otro, algo así como una declaratoria de estado de guerra que bien puede llegar a mayores, como se pintan los hechos.

Como se vio, Gobierno y empresarios privados habían ingresado en una etapa de relaciones románticas que duró poco y transcurrió con toda clase de felicidades para las dos partes. Durante ese idílico acuerdo se alcanzó notables resultados para beneficio de sus integrantes, entre ellos, para que las empresas de la construcción tengan la oportunidad de participar en grandes licitaciones públicas; liberación de las exportaciones de soya, maíz, café y otros, mejorar la producción de biocombustibles y otros. Las “mesas” de trabajo fueron oportunidad para estrechar relaciones a tal punto que no se perfilaba ninguna infidelidad en el horizonte, lo cual garantizaba un cogobierno Estado-Empresarios de duración indefinida.

Sin embargo, esa quietud sentimental se quebró súbitamente por la infidelidad de la parte oficialista, que dio al traste con los sueños de los empresarios hasta entonces convencidos de que los halagos y regalos de su eventual socio comanditario eran inquebrantables. En efecto, de manera súbita, el Gobierno procedió por su lado a realizar nuevas nupcias y como si nada hubiese unido a su pareja, dictó decretos y leyes que echaron por los suelos el romance que conducía a la pareja al altar.

En efecto, la parte gobiernista rompió relaciones con la promulgación de una disposición confiscatoria de la propiedad privada, la misma que tiene efectos deletéreos sobre toda clase de empresarios, desde los más grandes a los más pequeños y que consideran que es el primer paso para la colectivización o socialización de la empresa privada. A ese primer desaire de notable alcance, se sumó otro no menos impactante, o sea los incrementos salariales que los empresarios ven que es imposible cumplir, en vista de su proporción irreal, así como por su inoportunidad.

De otro lado, la pareja en función de gobierno sería también víctima de problemas por el inesperado divorcio, porque estaría creando condiciones poco favorables para su futura existencia y, al mismo tiempo, al establecer una alianza con la Central Obrera Boliviana, con la cual volvió a tener relaciones amorosas después de un tempestuoso período de ruptura.

En todo caso, ahora la engañada empresa privada, indignada por la sorpresiva ruptura de relaciones amorosas con su pareja, se ha sentido adolorida y ha decidido hacer la guerra a su infiel compañero hasta el 1 de mayo. Como no podía ser de otra manera, la Confederación de Empresarios, víctima de su desorientación política y herida en lo más profundo de su alma y después de haber perdido todas sus virtudes, ha decidido presentar sus quejas mediante un recurso de inconstitucionalidad contra la Ley 1.055, que le permitiría un alivio a su solterío y haber dado final al inesperado romance bajo la bendición del Doble Poder o cogobierno y la deslealtad de su pareja, que se fue con otro.