Por principio elemental de economía, es contrario a toda razón contraer préstamos superiores a la capacidad de pago y, además, reviste mayor peligro cuando esos préstamos no están respaldados por un crecimiento severo de la capacidad productiva. Todo muestra que en nuestro país, por efectos de los programas de gobierno para construir infraestructura, apertura de empresas públicas nuevas, apoyo a las empresas instaladas, gastos dispendiosos y hasta construcción de obras faraónicas y que no son necesarias, parecería que los ingresos, especialmente hasta el año 2014, no alcanzaron para cubrir las expectativas y planes gubernamentales.
Según informaciones del Ministerio de Economía y Finanzas, “La deuda pública externa del país creció en 385% de 2008 a 2017; pasó la misma de 2.443 millones de dólares en 2008 a 9.428 millones de dólares en 2017”. Según comunicado del mismo ministerio, “pese al incremento siguió una trayectoria sostenible gracias a la implementación del Modelo Económico Social Comunitario Productivo que reorientó el nuevo financiamiento externo hacia proyectos de inversión e infraestructura productiva, para obtener un retorno económico y social positivo y estimular el crecimiento económico”. (ED 20/4/18).
La misma información señala que “al mes de marzo de 2018 la deuda externa alcanzó los 9.557 millones de dólares, monto que representó el 23,1% del Producto Interno Bruto (PIB), por debajo de los límites fijados por organismos internacionales como la Comunidad Andina de Naciones (CAN) que establece un 50 por ciento”.
El gobierno, desde hace muchos años, anunció la construcción de obras de infraestructura, pero no siempre las ha mostrado como realizaciones y, para ejemplo, está el caso de la carencia de hospitales y centros de salud en el país; la falta de locales escolares. Pocas veces se dan casos de construcción de caminos vecinales y carreteras de interconexión departamental. Hay muestra de gastos en construcciones faraónicas -caso de los palacios de gobierno y Legislativo- y campos deportivos en diversos puntos del país.
Hay que convenir en que no se observa políticas de austeridad; es decir, que el gobierno y sus diversas dependencias, gasten lo estrictamente necesario y observen políticas de ahorro, especialmente aquellas que reduzcan drásticamente los gastos en viajes, organización de seminarios internacionales y otros que implican el gasto de mucho dinero.
La deuda externa es superior a nuestras posibilidades de pago; si se suma a ella la deuda interna, los montos deben ser muy grandes y graves que representarían, con seguridad, buena parte del PIB y, además, el peligro de succionar más las reservas internacionales.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |