• Falta de control policial, educación vial, alumbrado público son algunas de las justificaciones para que se presente esta lamentable realidad
A diario, los ciudadanos que transitan por las calles céntricas de la urbe deben soportar los olores fétidos a amoniaco, que emana de la orina podrida en las calles y la basura acumulada, que dan un aspecto deplorable a la denominada Ciudad Maravilla.
FALTA CONTROL
Falta de control policial, educación vial, deficiente alumbrado público son algunas de las justificaciones para que se presente esta lamentable realidad. Lo cierto es que varias calles, callejones y espacios públicos se han convertido en mingitorios que contaminan el medioambiente. Los fétidos olores inundan y hacen insoportable el tránsito por estas calles, sin que la Alcaldía haga algo para controlar estos hechos que dañan la imagen de la ciudad.
Varios sectores de la ciudad fueron afectados por la contaminación de los orines, la basura y la destrucción. Y es que por donde uno vaya se encuentra con este panorama “espantando”, incluso a los turistas que se aventuran a recorrer la ciudad, tal como lo confirmó EL DIARIO.
Esta casa periodística pudo evidenciar que las personas hacen sus necesidades no sólo por las noches, sino también en el día, cuando todos los ven, como si esta acción fuera normal.
MINGITORIO PÚBLICO
Ese el caso del pasaje tradicional de “Las Velas”, próximo al parque Urbano Central, convertido en un mingitorio público, por gente que en estado de ebriedad hace sus necesidades biológicas, abandonan botellas de licores y latas de cervezas, a pesar de existir una oficina del municipio en el lugar y la estación del Pumakatari.
En el callejón de la prolongación de la avenida Batallón Colorados, en pleno centro paceño, el fétido olor delata un improvisado mingitorio público que proyecta una lamentable imagen de la urbanidad de los paceños.
El callejón ubicado entre la calle Federico Zuazo y la prolongación de la calle Batallón Colorados, conecta a través de unas gradas con el parque Central, lugar que también fue convertido en un mingitorio que despide un fétido olor a amoníaco por la presencia de charcos de orines y otros desperdicios que convierten en deplorable baño público.
ATENTADOS POR DOQUIER
En el denominado “casco histórico” como en la plaza Alonso de Mendoza, muchas calles y avenidas son usadas como urinarios y baños improvisados. Tampoco se salvan las calles Mercado, Potosí, Yanacocha, Pérez Velasco, entre otras, que también son usadas como baños públicos.
“A pesar de existir baños, las personas no respetan y hacen sus necesidades biológicas donde pueden”, se quejó Jacinto Díaz, vendedor de la calle Potosí.
Según los datos de la Intendencia Municipal en el centro paceño existen actualmente 266 servicios higiénicos entre municipales (30), privados (207) y delegados (31).
Empero esta situación es recurrente en varios sectores céntricos. La falta de higiene, hábitos urbanos o educación vial de algunos “malos ciudadanos” es otro problema, pues en el centro paceño, existen baños públicos, pero las personas insisten en hacer sus necesidades en las calles, poniendo en peligro la salud pública.
LEYES Y NORMAS
La Ordenanza Municipal 452/2005 clasifica estos evacuatorios en públicos municipales (administrados por la Alcaldía) y públicos privados (administrados por particulares), y los divide en tres categorías: A, B y C. Los del grupo A son de primera categoría, que deben otorgar todas las comodidades al usuario y cobran una tarifa no diferenciada de Bs 1. Los B y C no cuentan con otras prestaciones, como jaboncillo en el lavamanos, ambientadores y otros, y por eso deberían cobrar Bs 0,50.
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