Los Juegos Odesur al desnudo

Durante mi vida dedicada al deporte, tuve el privilegio de ser parte del Suplemento semanal TODO DEPORTE de este prestigioso medio de comunicación. En esa etapa fui testigo de las monumentales obras civiles que se realizaron en el Estadio Hernando Siles, la Piscina Olímpica, el Velódromo, la refacción del Coliseo Cerrado, viviendas en el Colegio Militar para los atletas que participaron en los Juegos Bolivarianos y ODESUR.

Después de cuarenta años nos encontramos en vísperas de los JUEGOS ODESUR, con infraestructuras deportivas de primer nivel y una Villa Olímpica con catorce edificaciones para albergar a 3.500 atletas aproximadamente. Obras que ganaron la Medalla de Oro para Cochabamba, como señala su Gobernador en un spot televisivo. Realmente un lujo para el país y punto alto para el gobierno, pese a las críticas sobre los contratos sin licitación que luego serán investigados. En el campo deportivo, en la actualidad continúan en mi memoria los sones de los himnos de los países hermanos que se entonaban en el momento de la premiación, acaparando Brasil, Venezuela y Colombia las preseas de oro y los demás en algunas disciplinas. También recuerdo que las sagradas notas de nuestro himno, eran entonadas a todo pulmón en escasísimas oportunidades por los que tenían la suerte de estar presentes en el escenario celebrando el oro para el país. Han pasado cuarenta años y las cosas no han cambiado, hasta diríamos que han empeorado. Mientras los países visitantes tienen campeones olímpicos, nosotros contamos con deportistas que se hicieron solos generalmente en el exterior con su propio peculio, poniéndose la camiseta del país que no les dio ni para un helado, pero eso sí, con fines políticos y para el spot publicitario, son premiados en el Palacio de Gobierno como si fuera su conquista.

La situación actual va más allá, no nos sorprendamos de encontrar atletas bolivianos representando a países vecinos que les han abierto las puertas para que exploten sus virtudes, otorgándoles infraestructura, orientación técnica y física, nutrición, atención médica y psicológica, vivienda, manutención, viáticos y todo lo que requieren los deportistas, mientras que a diario en los medios de comunicación, nuestros atletas se quejan de toda esa falta de atención y del abandono a su suerte que son objeto, con el agravante que ni siquiera tienen indumentaria deportiva que identifique al país continuando con la propia, inclusive queriendo trasladarlos de los lugares donde habitan a Cochabamba en flotas, al margen de las renuncias de algunos medallistas que tenemos, que determinaron no participar por no contar con los medios económicos para su preparación por falta de ayuda del gobierno. Es tan larga la lista de denuncias sobre el mal trato a nuestros representantes, que para levantarles el ánimo, el Presidente de la República ofreció 30.000.00, 20.000.00 y 10.000. 00 DÓLARES para quienes logren obtener medallas de ORO, PLATA y BRONCE a sabiendas que sería un milagro que algunos deportistas lo consigan para entonar nuestro himno, porque se enfrentarán a campeones olímpicos que iniciaron su preparación apenas concluyeron los anteriores Juegos, con presupuestos asignados por su gobierno para su sustento, no como acá que creemos que en meses tendremos atletas de élite mundial.

Por nuestra parte, el gobierno se ha dedicado a construir canchas de césped sintético en pueblos inhóspitos, coliseos abandonados con capacidad que dobla al número de sus habitantes, realizar Juegos Estudiantiles Plurinacionales solo para propaganda política, porque pasados los mismos no encontramos valores que nos representen, debiendo esos recursos ser destinados para competencias nacionales de todas las disciplinas en busca de atletas para estas justas internacionales.

Finalmente, sería bueno que el Presidente de la República de un vuelco de timón aunque sea forzado y convierta la VILLA OLIMPICA de los JUEGOS ODESUR una vez concluida la competencia, en una VILLA HOSPITALARIA que es el gran déficit de su gobierno al haberse olvidarse de la salud del país.

Dr. Edgar Linares Mariscal,

fundador y ex asesor legal de Fabol