Rechazo a la delincuencia sexual

De todas las formas de infringir la ley, quizá, la delincuencia sexual es la que más fuertemente es rechazada por la comunidad en que vivimos. El hecho de aprovecharse de víctimas indefensas y débiles, como adolescentes menores, vulnera y transgrede lo más íntimo de la persona, Hasta puede generar la decisión de querer quitarse la vida o vivir una tortura psicológica inmerecida, por parte de la víctima.

En relación con el abuso sexual a adolescentes, el comportamiento del adulto agresor hacia su víctima no suele ser violento, y lo habitual es que convenza a la víctima para lograr su plena confianza y dependencia, antes de mantener una relación íntima, como se conoce al delito de estupro. Los agresores sexuales pueden abusar de sus víctimas dentro de sus domicilios o buscan mecanismos para no ser detectados, aspecto que se logra por el descuido de los progenitores, quienes suelen alejarse de las jóvenes por no querer lidiar con los cambios de conducta propios de la adolescencia.

De acuerdo con el perfil psicológico de los abusadores sexuales de menores, son adultos que tratan de obtener la confianza de adolescentes, se portan persuasivos, seductores, hasta lograr su propósito, para luego mostrarse compulsivos y con trastornos de personalidad.

En algunos casos se establece que este tipo de personas proviene de familias desestructuradas, en las cuales hubo problemas como alcoholismo, abuso, violaciones o separaciones traumáticas. Enfrentar circunstancias difíciles en los primeros años de su vida, los convierte en individuos inestables, por esas experiencias de vida y de las relaciones de pareja.

Solo en el departamento de La Paz, el año 2016 se registró 49 denuncias, mientras que para el 2017 los casos se incrementaron a 116 hechos atendidos, aspecto que representa un aumento del 237%, siendo los y las menores de edad víctimas de abuso sexual por personas adultas. En algunos casos se trata de supuestos enamoramientos de menores de 16 años con jóvenes de 35, por lo cual las relaciones sexuales son calificadas como estupros.

En muchos de los casos, son las adolescentes quienes se hacen convencer para aceptar una “amistad” con una persona del sexo opuesto que supera su edad en más de cinco a 10 años, porque buscan en estas personas “estabilidad, seguridad y cariño”. Es por eso que algunas denuncias de violaciones a adolescentes, por parte de sus amigos o enamorados que les superan en edad, son presentadas sobre todo cuando ellas aceptan el consumo de bebidas alcohólicas con sus acompañantes, a pesar de la diferencia de edad y del riesgo que eso conlleva.

Por ello es imprescindible que los padres de familia, tutores o familia extendida de las adolescentes, no solo deban hacerles conocer los riesgos de que las adolescentes tengan relaciones sexuales a muy temprana edad, para evitar embarazos no deseados. A la vez es conveniente que las familias fortalezcan los niveles de afectividad con ellas, para evitar que ante la falta de expresiones de cariño, busquen en otras personas mayores, expresiones de afecto y seguridad, porque al final esos acercamientos solamente ocurren, en muchos casos, por un interés sexual, por parte de los agresores.