Nietzsche y el periodismo

Los escritores de ascendencia -de alcurnia- no siempre tienen buenos conceptos o por lo menos ideas sobre el ejercicio del periodismo. Consideran que esta actividad es subalterna y que, por tanto, la desmerecen.

De ahí que me atrevo a recurrir a Friedrich Nietzsche para rescatar su concepto sobre el periodismo. Él, como una de las personalidades más sobresalientes de la filosofía, tenía aprecio por el periodismo, lo consideraban como un pariente próximo a sus inquietudes.

Al mencionarlo, es necesario recordar que la vida de Nietzsche ha sido muy sencilla y simple. Tomás Abraham, uno de los tantos biógrafos que tiene, anota en su libro “El último oficio de Nietzsche” que “la característica de Nietzsche es la de su irrefrenable abandono de oficios. Su máquina pensante no es constructora de coherencias, no es un pulidor de lentes ni un orfebre, sino un dinamitero. Edifica monumentos ciclópeos y los derrumba. Quizá sea más acertado decir que se le derrumban”.

Pues bien, con esos dos escasos apuntes, puede recordarse las peculiaridades del histórico filósofo de nacionalidad alemana, particularmente en lo que expresa su biógrafo, que la vida de Nietzsche se caracterizaba por su abandono.

A pesar de estos aspectos poco positivos que destaca su biógrafo, no puede olvidarse que él mismo destaca que edifica monumentos ciclópeos. Por todo ello, los periodistas debemos sentirnos orgullosos de que nos dedicó su juicio acerca del periodismo, pese a que en su tiempo, Siglo XIX,

la práctica del periodismo estaba todavía en pañales.

Antes de ello incide, a manera de preámbulo, que “Para hablar en general de los problemas extracurriculares, están los periodistas”.

Abraham expone luego: “Nietzsche dice que el periodismo está en la confluencia de los dos fenómenos descritos, el de la extensión y el de la reducción de la cultura. Es una capa de pegamento viscoso que junta y adhiere todas las formas de vida de todas las clases sociales, todas las artes y todas las ciencias”.

Pocas veces se tiene a mano juicios tan apropiados y cabales sobre el periodismo, al menos en este tiempo. Sin embargo, Nietzsche tenía la visión intelectual suficiente para situar al periodismo en la función que cumple

“Es en el periódico donde culmina el diseño que nuestro tiempo tiene sobre la cultura; el periodista es un amo del instante que reemplazó al genio de la cultura”.

“El genio no es un hombre al que se le prende una lamparita de un millón de voltios. Es un ser vinculante, pero los vínculos que crea no son los de los periodistas, no cimenta la cultura que se extiende con la domesticación y embrutece con la reducción, no tiene esa funcionalidad”.