Insuficiencia administrativa

Los casos de corrupción en organismos estatales solo pueden ser explicados por la insuficiencia administrativa. A menos que existan otras motivaciones, por lo menos se puede señalar dos de ellas: el crecimiento desmesurado de los organismos oficiales y la contratación de personal sin el rigor necesario.

A las autoridades no les parece suficiente que existan 20 ministerios, cada uno con múltiples unidades, que se supone van a cumplir una tarea más minuciosa sobre el funcionamiento del Estado y la prestación de los servicios públicos.

Pese a ello no se produce tal pretensión, en el país subsisten muchas carencias de servicios y las obras realizadas no son suficientes, al contrario de lo que se podría esperar que ocurra, al menos cubriendo necesidades no solo de los principales departamentos del país, sino de otros que quedan marginados de atención y, consiguientemente, de progreso.

El progreso no solamente consiste en ejecutar obras públicas, sino en prestar servicios básicos a las poblaciones de los departamentos que no progresan ni en lo económico ni en lo social. Ahí tenemos a Beni, Pando, Tarija e incluso Potosí que permanecen en el atraso en ambos aspectos.

En los últimos años se ha superado el rango que tenían las prefecturas y se ha creado gobernaciones, más o menos con la idea de casi federalizar al país, seguramente con la idea de mejorar la administración de los departamentos, pero no se observa que éstos hubieran tenido mayor celeridad en su progreso.

La iniciativa esperanzadora ha sido la designación de gobernadores en cada uno de los nueve departamentos de la República. La solución, empero, tampoco se manifiesta todo lo positiva que sería de desear. En la ciudad de La Paz se advierte poco accionar, a menos que estuviera dando buenos resultados en las provincias, lo que sería muy digno de reconocimiento y aplauso.

El mayor acento que se debe dar, sin embargo, es a aquellos departamentos. Si las gobernaciones no logran mejores avances, puede ser que les sean insuficientes los recursos financieros y técnicos que se les dota desde el Gobierno, pues hay que admitir que muchas veces la buena voluntad no es lo único positivo, lo más importante son los recursos disponibles.

En las últimas semanas se advirtió públicamente que el gasto oficial es bastante alto, pero no se percibe los resultados. Al menos esto sucede en La Paz. Las informaciones del resto del país son muy limitadas, de modo que no es factible emitir conclusiones al respecto.

Sería conveniente que cada Departamento haga conocer en detalle las informaciones del caso, es decir sobre obras que efectivamente han sido realizadas en los dos últimos años y la eficacia que se ha tenido en la prestación de servicios a las respectivas poblaciones.