La maternidad y el trabajo manual son combinados a la perfección por mujeres luchadoras, que saben cómo sacar adelante a sus familias, gracias a su destreza en el tejido, cuya magia ha dado lugar a prendas con calidad de exportación, que han recorrido las mejores pasarelas de la moda en New York.
Esta simbiosis entre talento y calidad fue posible gracias a la empresa Terraltas´s que inició sus actividades con un grupo de mujeres tejedoras, quienes con gran capacidad lograron, en una primera etapa, entregar un pedido de 300 ponchos en macramé para la marca Ralph Lauren. No fue fácil, ya que ellas incluso tuvieron que llevar el trabajo a sus casas para cumplir con la entrega.
A partir de ese pedido con la prestigiosa marca internacional, se abrió para ellas un mundo de posibilidades en el país del Norte. Fue así que las mujeres no tuvieron más que palabras de agradecimiento para su gestora Yelka Maric.
Luego de ese importante pedido, la empresaria decide cambiar la razón social de la empresa por “Madres & Artesanas Tex”. Maric recuerda que a partir de esa fecha no solo cambió el nombre de la empresa, sino su estructura, pues se brindaría un apoyo a la mujer más vulnerable como ser la que se divorcia, separa, es esposa o madre soltera, quien tendría un ingreso fijo y podría tener a sus hijos al lado mientras trabajaba en lugar de dejarlos solos en casa.
“Desde entonces esta empresa se dedicó a la confección de géneros de punto que apuesta por productos terminados a mano con calidad de exportación, que se ha especializado en la producción manual en macramé, crochet y otros estilos de punto. Gracias a este perfeccionamiento de habilidades se ha llegado a mercados exclusivos en Nueva York”, asegura Maric.
La gestora de Madres & Artesanas recuerda que muchas están desde que comenzó este emprendimiento el 2003 y que ellas comenzaron a tejer desde niñas como parte de un saber que pasa de generación en generación, pero que al llegar a esta empresa se perfeccionó para hacer creaciones de alta calidad en tejido de punto.
“Cada diseño incluye una producción de cerca de 30 prendas como máximo. El proceso comienza cuando se recibe un pedido de un diseñador reconocido con todas las especificaciones técnicas, diseños y materiales que serán empleados para cada prenda, incluidos accesorios, etiquetas y bolsas de embalaje del textil”, explica Yelka.
La empresa ha confeccionado chompas, cardigan, abrigos, vestidos, chaquetas, mantillas, entre otras prendas para damas, caballeros y niños. Además de accesorios como carteras, zapatos y joyas todo lo que se pueda hacer a mano para diferentes marcas reconocidas como: Polo´Ralph Lauren, Diane Von Furstenberg, Nicole Miller, Lutz & Patmos y otros diseñadores norteamericanos reconocidos
HECHO A MANO
Sin duda, la mano de obra boliviana tiene excelente calidad y bajo una buena dirección que ponga los estándares de calidad exigidos hace que todo marche a la perfección. La capacitación de las madres tejedoras en diferentes estilos de tejido hace que cada vez se realicen prendas en menor tiempo y que sean verdaderas joyas del tejido.
“El compromiso de cada una de las mujeres que realiza un trabajo artesanal es impresionante, no sólo porque tienen la flexibilidad de horarios, sino porque les permite tener un ingreso fijo para el sostén de sus familias. Y bajo esta modalidad no he tenido reclamo alguno hasta el momento”, dice Maric.
HISTORIAS DE LAS MADRES
ERICKA LOAYZA SOTO
Es madre artesana joven, llegó a la empresa hace dos años, por una amiga de su tía, quien le propuso hacer chompas a crochet y que pese a tener sólo conocimientos básicos en el tejido fue perfeccionando su trabajo en este campo que le abrió los ojos hacia el mundo textil.
“Trabajo aquí hace dos años, en los cuales me enseñaron cómo administrar mi tiempo y me capacitaron en el tejido de punto con diferentes materiales. Es un trabajo que requiere bastante cuidado, porque se trata de prendas de exportación que tienen ciertas exigencias en cuanto a la calidad”, dice Ericka.
Ella se siente feliz de pertenecer a la empresa de Madres & Artesanas, porque puede llevar a su hijo al trabajo para controlar su tarea, llevarlo y recogerlo de la escuela, así como asistir a sus reuniones de colegio, que no le serían posible en otro tipo de fuente laboral.
“Yo tengo un solo hijo que viene por las tardes pues en la mañana está en el colegio, hace sus tareas conmigo y comparte un lugar de juego con otros niños. Gracias a esta forma de trabajo puedo supervisarlo y no se queda solo en casa”, dice Ericka.
ANA MARÍA QUEA
Madre trabajadora que contribuye a la economía de su hogar hace siete años y lleva a hijos a la empresa, tuvo la fortuna de verlos crecer a su lado mientras realizaba un trabajo manual. Ahora dos de ellos ya tienen 16 y 17 años a punto de concluir el colegio y seguir con la universidad.
“En el tiempo que llevó trabajando en la empresa aprendí a armar vestidos, a tejer chompas, prendas para bebés, tejer a crochet, hacer flequillos, entre otros. Todo en principio demora, pero cuando entiendes de lo que se trata avanzas primero lento y luego con mayor rapidez”, explica Ana María.
GREGORIA CHACA
Ella es madre y cabeza de grupo, adquirió la destreza necesaria para transmitir sus conocimientos, con paciencia y dedicación, a las mujeres que ingresan en la empresa, en la cual lleva ya cerca de 10 años. Allí adquirió conocimientos en géneros de punto y medidas estándares de calidad.
“Mi mamá me ha enseñado lo básico y luego independientemente comencé a ver revistas de las cuales pude sacar muestras para diferentes prendas que realicé para mi familia. Ahora con los conocimientos adquiridos mi trabajo es más prolijo en cuanto a costura, macramé y todo tipo de tejido manual y a máquina”, dice Gregoria.
Todas las madres artesanas coinciden en decir que se sienten felices de trabajar para esta empresa, porque es algo que les gusta hacer y que les ha permitido estar junto a sus hijos muchas veces desde su nacimiento hasta concluir sus estudios universitarios, una oportunidad que muchas entidades no brindan a la mujer.
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