Es extraño que la salud en nuestro país sea motivo de descuido, o sea dejado de lado por quienes tienen la obligación de atender todas sus necesidades. El Complejo Hospitalario de Miraflores de la ciudad de La Paz, al que el gobierno le adeudaba Bs. 24.709.048,73 aunque después de reclamos y protestas el Ministerio de Salud desembolsó 12 millones de bolivianos al municipio, enfrenta varios problemas por la insuficiencia de recursos para la atención plena de pacientes que acuden a los hospitales de ese sector para recibir atención médica.
El gobierno hace ostentación de contar con mucho dinero y, por ello, gasta cuantiosas sumas en palacios y construcciones faraónicas ajenas a la realidad del país. Son muchos los gastos que se ha hecho en más de doce años, atenidos tanto a los ingresos extraordinarios por las ventas de gas y minerales como de préstamos que se obtiene y que engrosan peligrosamente el endeudamiento nacional.
El Hospital de Clínicas, conjuntamente el Hospital de la Mujer, el del Niño, el Instituto Nacional del Tórax, el Oftalmológico, el Instituto Gastroenterológico y el Instituto Nacional de Medicina Nuclear no contaban hasta hace poco con dineros para compra de insumos y atender otras necesidades apremiantes. Los informes fueron terminantes y categóricos al respecto: “Hace un año que el gobierno no repone los costos de operaciones por las atenciones a pacientes de Programas de Prestaciones de Servicios de Salud Integral (PSS). Esto ha obligado a que se suspenda cirugías y también atención a pacientes. En algunos lugares no hay ni siquiera papel para hacer reportes de laboratorio. Es una terrible situación que pone negra la salud de los pacientes”. Se explicó que “La falta de pago impide a los nosocomios comprar los insumos necesarios para curaciones, cirugías y cumplir con el pago de sueldos de los galenos y trabajadores” (ED 12 y 14/5/18).
Las informaciones agregaron: “La Unidad de Radioterapia del Hospital de Clínicas hace más de dos meses que se encuentra en situación crítica pese a los compromisos de las autoridades de resolver sus problemas. En una semana solo cinco de veinte pacientes (diarios) pudieron recibir el tratamiento y los equipos confrontan aún varios problemas en su funcionamiento”. Según los pacientes de cáncer, “cuando recibían el tratamiento con el equipo de cobalto, la terapia tuvo interrupciones por fallas en el aparato, pues el sensor bloqueó todo el dispositivo y dificultó el procedimiento”. Se añadió, con el pesar del caso: “Varias son las historias de enfermos que luchan por salvar su vida, unas más sacrificadas que otras, incluso los pacientes optaron por dormir en el hospital para resguardar su economía y obtener temprano la ficha, con la esperanza de recibir atención y aliviar su mal”.
Aunque ya se ha hecho el mencionado desembolso inicial y se ha entregado una centena de ítems para nuevo personal, es necesario tomar en cuenta que la salud no debe ser descuidada en el país, porque son miles los bolivianos que constantemente recurren a los centros hospitalarios para aliviar sus dolencias y es el gobierno el que debería remediar situaciones que causan mucha angustia.
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