El expresidente Carlos Mesa afirmó ayer que con la denuncia presentada en su contra por el caso Quiborax y por las imputaciones de la diputada Susana Rivero en la investigación del caso Odebrecht, se confirma que el Gobierno del presidente Evo Morales impulsa una estrategia de demolición de su imagen , por considerarlo un enemigo político.
Calificó como “desastrosa” la defensa de la Procuraduría General del Estado ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), en el juicio que presentó la empresa chilena Non Metallic Minerals-Quiborax, porque el Estado debe pagarle 48,6 millones de dólares.