¿Compra de otro satélite?

Se ha informado que el gobierno decidió comprar otro satélite que, conjuntamente el “lanzado al espacio el 20 de diciembre de 2013 significará que el país contaría con dos satélites”. No hay anuncios sobre la utilidad que prestará el nuevo; pero quedan muchas dudas y susceptibilidades sobre la utilidad que haya prestado hasta ahora el llamado Túpac Katari que, se dice, “tiene utilizada solamente el 70% de su capacidad instalada”. El nuevo satélite tendría el precio de 200 millones de dólares; es decir, 100 millones menos que el primero (ED 4-4-18).

Cuando se produjo la instalación del primer artefacto, se indicó que muchos países cuentan con satélites en alquiler y cuyo costo de funcionamiento es bajo; se dijo también que nada justificaba la instalación del artefacto cuyo uso estaría aún por verse. Ahora, el lanzamiento del segundo satélite, con un costo millonario, tampoco tendría las justificaciones que seguramente cree el gobierno que se tenga. El caso ha creado preocupación en el país, especialmente cuando se vive situaciones críticas por la falta de ingresos por exportaciones y que peligran por la no identificación de nuevas reservas de gas, mientras no sean conocidos los informes pormenorizados de la empresa canadiense que tiene a su cargo las respectivas mediciones.

Instalar un nuevo satélite cuando aún no se aprovecha todo el potencial que, se dice, puede tener el lanzado el año 2013, no sería justificable y menos necesario, habiendo tantas obligaciones perentorias que el país debería cumplir, especialmente en el campo de la salud, donde existen serias falencias. Nuestro país, como ninguno de los vecinos, adolece de malas condiciones de atención a la salud, puesto que se lamenta justo en estos días la precaria situación de hospitales, como es el caso del Hospital de Clínicas de La Paz, que carece de insumos, espacios para más camas y una infraestructura deficiente, aparte de no contar con suficientes medios financieros para la compra del material necesario y el pago de obligaciones perentorias que debería cumplir.

Para la opinión pública nacional existe una pregunta: ¿cuándo el gobierno tomará conciencia de que debe actuar conforme a la realidad y evitar gastos que no convienen al país? ¿Cuándo tomará conciencia de que existen obligaciones perentorias que se debe asumir y que se debe observar políticas de austeridad evitando dispendios ajenos a las posibilidades?

El nuevo satélite seguramente tiene para el gobierno alguna importancia política; pero de práctico y necesario, ninguno. Vivimos una crisis que puede acentuarse gravemente en los próximos meses. Es necesario, pues, actuar con base en la verdad y atenidos a lo que tenemos y no incrementar las deudas del país en forma tan temeraria como se está obrando.