Repsol y la campaña

Ha llegado a Bolivia el señor Antonio Brufau, presidente de Repsol, y esa es la más clara señal de que la campaña electoral del presidente Evo Morales ha comenzado.

El español y su empresa hacen anuncios de inversión y, curiosamente, de hallazgos de campos productores, solamente cuando el país vive procesos electorales. Nunca falla. Repsol aparece en escena y es como la bandera a cuadros del lanzamiento de las campañas electorales del MAS.

Quizá sea una coincidencia, pero eso ha ocurrido en el país desde que está de presidente el cocalero Morales. Ahora, el empresario español anuncia que Repsol invertirá US$ 500 millones en los próximos cuatro años.

Es probable que todo esto tenga un profundo propósito político del reino de España, la madre patria. Con cada anuncio de Repsol disminuye el ímpetu “descolonizador” del MAS. Tanto han avanzado en esa dirección que ahora nadie recuerda que el gobierno llegó con esa bandera, hace doce años. Van ocho años que Morales no pide a Santa Cruz quitar de su himno el verso “la España grandiosa”…

José Luis Rodriguez Zapatero, que ahora hace de bufón de Maduro junto a Diego Maradona en Venezuela, reveló que Morales le dijo, cuando era presidente del gobierno español, que las consigna contra España las repite su partido sólo por la moda del momento, pero que él quiere mucho a España.

Hay algún descuido en esta campaña. Si se hubiera contabilizado todos los “descubrimientos” que hizo la empresa Repsol en anteriores épocas electorales, quizá en este momento Bolivia podría anunciar que cuenta con unos 130 TCF de reservas. Por ahora, Brufau es muy conservador y ha dicho que, en sus cálculos, las reservas de Bolivia son de 11 TCF, olvidando varios de sus propios “descubrimientos”.

Ese cálculo contradice los que han hecho expertos nacionales convocados por el senador Oscar Ortiz: las reservas son de 4,48 TCF, o las que hizo el Cedla, de 7,4 TCF.

Es el misterio de la industria petrolera. Son depósitos de petróleo o gas, o de ambos, a miles de metros de profundidad, lo que se presta a la especulación, o por lo menos a los anuncios hechos por conveniencia. Anticlinales que capturan hidrocarburos allá abajo, muy lejos, cerca del averno y de las mentiras.

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