La libertad de prensa es elemento central de la libertad de expresión. La prensa juega un papel primordial al informar sobre diversos temas relevantes para todos, para el desarrollo y la democracia muy especialmente.
Es fundamental que periodistas y medios de comunicación puedan ejercer su trabajo con libertad, la cual en Bolivia está amenazada de muchas formas: censuras directas a través de extorsión, sabotaje y asfixia económica, prohibiendo publicidad estatal y privada, por concentración de medios, violencia contra medios y periodistas, violencia digital, auto-censura, entre otras.
Se denomina libertad de prensa al derecho que tienen los medios de comunicación para investigar, informar sin limitaciones o coacciones como censura previa, hostigamiento, amenaza, intimidación.
En este sentido, la libertad de prensa es una garantía constitucional, fundamentada en la libertad de expresión, propia de sociedades con sistemas políticos democráticos, de libertades plenas. La libertad de expresión es un derecho consagrado en el Art. 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. Las constituciones de los sistemas democráticos verdaderos también lo señalan.
El derecho a la libertad de expresión es definido como un medio para exponer las ideas, y así fue concebido por filósofos como Montesquieu, Voltaire y Rousseau; la posibilidad del disenso fomenta el avance de ciencias y la auténtica participación política. Fue uno de los pilares de la Guerra de Independencia de EEUU y de la Revolución Francesa, hechos que revolvieron las cortes de los demás estados occidentales.
Por otra parte, famosos juristas acuñaron el argumento del mercado de ideas. Según esta analogía con la libertad de comercio, la verdad de una idea se revela por su capacidad para competir en el mercado. Es decir, estando en igualdad de condiciones con las demás ideas (libertad de expresión), los individuos apreciarán qué ideas son verdaderas, falsas o relativas.
La libertad de expresión es pilar de la democracia. Sin esta libertad no podemos hablar de un país democrático. Esto es debido a que la libertad de expresión es la principal herramienta para que todos los grupos sociales puedan dar su opinión y debatir sobre determinados temas de interés general, como jurídicos, sociales y políticos. Una medida para que se escuche a todos por igual y que se tenga en cuenta cuáles son sus demandas.
Sin libertad de expresión el pueblo queda reprimido, indefenso ante las decisiones de un gobierno autoritario. Así, si se coacciona o se prohíbe la libertad de expresión, lo más probable es que una sociedad explote y termine en una revolución. Pues al no escuchar lo que los ciudadanos tienen que decir y si se decide por ellos de forma unilateral, el malestar irá creciendo hasta crear una situación insostenible. Esto parece estar sucediendo con fuerza en Bolivia y periodistas y pueblo que emiten y difunden opiniones están amenazados por el gobierno, que va perdiendo apoyo debido a sus desaciertos y una galopante corrupción.
En este punto debemos recordar que si una democracia se caracteriza por la libertad de expresión, la característica de una dictadura es la falta de la misma. En ciertas situaciones políticas dar abiertamente opiniones puede perjudicarnos enormemente. Pero podemos recurrir a la prensa para destapar casos de corrupción, como lo hacemos muchos bolivianos, cumpliendo con una obligación constitucional, sin temor, pese a los riesgos que ello implica.
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