La Cámara Federal de Argentina confirmó ayer que la muerte del fiscal Alberto Nisman, en enero de 2015, cuatro días después de acusar a la entonces presidenta, Cristina Fernández, de encubrir a presuntos terroristas, se trató de un homicidio y no un suicidio, informaron fuentes jurídicas.
El más alto tribunal del país por debajo de la Corte Suprema confirma así el punto de vista del juez federal encargado de la causa, Julián Ercolini, quien con base en las pruebas recopiladas por la Fiscalía ya había apuntado en noviembre pasado a la hipótesis del homicidio.
“Procede encomendar a los magistrados a cargo de la investigación el sostenido avance del curso instructorio con miras a la completa y cabal determinación de los responsables del homicidio de Natalio Alberto Nisman, con la celeridad y seriedad que tan grave hecho impone”, se señaló en la resolución de la Cámara.