Ropa usada en Ruanda

Un muy pequeño país africano, de apenas 25.000 Km2 de territorio, tiene muchísima más dignidad que Bolivia.

Cuando Estados Unidos decidió eliminar las preferencias arancelarias para las exportaciones textiles de Ruanda, los ruandeses decidieron parar en seco la importación de ropa usada de Estados Unidos. Una por otra. Y punto.

El gobierno de ese pequeño país no pensó en hacer trampas, aprobando una ley que, de burlas, prohíba el ingreso de ropa usada, aunque en la práctica se la deje entrar. No.

Cuando ellos dicen no, es no. Incluso en los referendos.

Y ahí están los ruandeses. Le han dicho a la primera potencia mundial que podrán ser muy pocos, pero de dignidad, saben mucho.

Hace más de 20 años, los ruandeses sufrieron el mayor genocidio per cápita de la historia. Un total de 800.000 tutsis fueron asesinados, equivalente a 10% de su población.

Pero no especulan con eso.

Y hay cifras sobre el tema. La BBC informó que la idea de Ruanda al prohibir la importación de ropa usada es proteger su emergente industria textil.

Como alguna vez fue Bolivia, muchas naciones africanas albergaron alguna vez dinámicas industrias textiles. Pero “décadas de mala administración, inestabilidad y un aumento de la competencia global no han pasado en vano”.

En Ghana, la liberalización del mercado en la década de los 80 provocó una pérdida de empleos en el sector textil, bajando de 25.000 en 1977 a 5.000 en 2.000.

Dice el informe que la importación de ropa usada desde países desarrollados es uno de los factores que han contribuido a la crisis de la industria de la ropa en el África subsahariana.

La Cámara de Industrias de Bolivia lo ha dicho hace pocos días: Los precios de las prendas de vestir son tan baratos que las empresas locales no pueden competir.

Según un estudio de USAID, en 2015 la Comunidad Africana Oriental (unión aduanera formada por Kenia, Uganda, Tanzania, Burundi, Ruanda y Sudán del Sur) representó cerca de 13% de las importaciones globales de ropa de segunda mano, por un valor de US$274 millones.

En Bolivia, 100% de la población viste ropa usada. Aunque su importación está prohibida.

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