Como se sabe, de las Escuelas Superiores de Formación de Maestros y Maestras egresan profesores y profesoras en más cantidad que calidad, la mayoría sin formación pedagógica ni capacidad didáctica, sin diseño curricular, menos vocación, con solo el interés en asegurar el salario mensual en el magisterio. Los maestros del pasado eran preparados, respetados, educadores que leían bastante para capacitarse. Los maestros de hoy, con honrosas excepciones, son faltos de cultura, no leen ni desean saber más debido al mal trato del Gobierno y bajos sueldos. Increíble, pero cierto, en años pasados los de la Asociación de Aplazados de las Normales querían obtener diplomas de docentes sin estudiar, pero sí con capacidad para hacer huelgas y bloqueos. ¡Qué desfachatez!
Una recordación del ayer, el profesor vestía con prestancia, pulcritud. El de estos tiempos va a la escuela con blue jean y chamarra, descuidando su presencia. Muchas otras cosas más podemos decir del profesor con cariño en este 6 de junio, día del Maestro. Otro grato recuerdo, el maestro sin ánimo perverso, a estudiantes atrasados, indisciplinados, los suspendía de las patillas o eran amonestados, dándoles con la regla en las palmas de la mano. Hoy el estudiante moderno es intocable, hace reclamos cuando sus notas son bajas a sabiendas de su flojera, desidia en el estudio y hasta se permite pedir el cambio del docente. Algunos alumnos no respetan al educador, inclusive son insultados por colegiales groseros de bajos instintos, que felizmente son pocos.
El Día del Maestro fue instituido mediante decreto supremo de 24 de mayo de 1924. Hay que reconocer que muchos maestros y maestras trabajan con amor, paciencia inteligencia, responsabilidad y capacidad didáctica, que todo maestra o maestro debe tener para conducir a los educandos por el camino del saber. Séneca dice “Estudiar más, no para saber más, sino para saber mejor. Por esta razón, los padres de familia saludan esta fecha con agradecimiento, porque los profesores son los que con su infinita paciencia, sus conocimientos y su vocación de servicio cultivan la inteligencia de niños, adolescentes y jóvenes, ya que los padres los entregan al docente para su capacitación, en la lucha por salir adelante en este Siglo XXI de la modernidad, lo que se hace difícil por la enorme competencia de profesionales que buscan trabajo para su subsistencia.
El gran maestro americano Juan José Arévalo decía con enorme conocimiento de causa: “Bien se sabe que la cuestión, esencia de toda universidad y de todo establecimiento de enseñanza, es la docencia entendida como una comunicación pedagógica. La sabiduría comienza por honrar a Dios. Los necios desprecian el conocimiento y la instrucción, pues la educación es tarea de todos”.
Bolivia es un país de muy baja educación, cultura, no leemos ni agarramos un libro, nos gustan más los festivales folklóricos, bailar por todo y por nada. Hace seis años Evo Morales dijo: “La educación necesita una revolución”, pero esa revolución no se da y al parecer no se dará y la educación deficiente en el país continuará, ante el fracaso del proyecto Avelino Siñañi.
Gracias, pues, maestro de primeras letras, profesor de todas materias. Muchas gracias por sus desvelos y por toda su lucha permanente a favor de la educación, que es uno de los pilares básicos de la Patria eterna, ya que un pueblo sin cultura, es un pueblo sin alma. Alejandro el Grande dijo: “De mi madre he recibido la vida, pero con mi maestro he aprendido a vivir”.
Ref: Libro “Calendario Cívico Boliviano” de Floren Sanabria G.
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