Mayoría de mujeres descuida control ginecológico

Continuamente surgen campañas médicas por parte de centros de salud, estatales y privados, instancias que recomiendan a las mujeres que iniciaron su vida sexual a temprana edad deban hacer sus exámenes de Papanicolaou hasta su muerte. Pero un 80% de ellas en la ciudad de El Alto y las provincias, en varios departamentos del país, relegan dichos exámenes por tabú o miedo cultural, explicó la socióloga Miriam Mamani.

El tabú femenino es arraigado desde el primer núcleo familiar, cuando son los padres quienes inculcan a sus hijas que sólo sus parejas (esposos), son los únicos hombres que deben ver su cuerpo y que este es “un templo sagrado”, como se recomienda desde los niveles religiosos, aspecto que genera un problema cultural cuando las mujeres deben hacer una a dos veces al año exámenes con un (a) médico ginecólogo, además de la posibilidad de que sean vistas sus partes íntimas por estudiantes en centros de salud públicos o por otros especialistas.

ARRAIGADO TABÚ

“Por lo tanto a nuestras niñas que desde que empieza a tener cambios fisiológicos en su cuerpo, les inculcamos que deben cuidarse, que su cuerpo es lo más sagrado, que cuando se casen sólo sus esposos son los únicos hombres que las deben ver desnudas o peor aún que las partes íntimas del cuerpo como su sexo es mucho más prohibitivo, antes que cualquier parte del cuerpo.

Luego de que se inician en sus primeras experiencias sexuales, llega una política estatal, con personajes incluso ajenos a su propia cultura, que les dicen debes hacerte exámenes de Papanicolaou, los cuales consisten en que te vean y saquen muestra de su sexo con médicos y estudiantes alrededor en tu primera experiencia de llegar a cuidar tu intimidad, ni aunque cumplas 50 años, el tabú se mantiene”, añadió.

TRES DECESOS POR DÍA

Si bien los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) establece que el cáncer de cuello uterino provoca la muerte de dos a tres mujeres por día en Bolivia, cifra alarmante, que impulsó a que en la pasada gestión el Servicio Departamental de Salud (Sedes) realizará la campaña de aplicación de la segunda dosis de la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano (VPH), en favor de las adolescentes, pese a los datos el miedo aún se mantienen latente en las mujeres.

MALAS EXPERIENCIAS

Para Clotilde una mujer de 35 años, quien tiene tres hijos menores de 15 años de edad, recuerda siempre con temor el proceso de realizar sus exámenes de Papanicolaou. Ahora que no tiene pareja y dejó de tener una actividad sexual, piensa que no es necesario pasar por “el trauma” de abrir las piernas frente a un médico y sus estudiantes, aspecto que es considerado como un “conejillo de indias”.

“Si bien trato de conseguir sacar ficha para que me vea una médico mujer, no siempre se consigue porque la mayoría son varones y son muy malos cuando van a revisar. La primera vez una doctora me tocó estaba bien porque fue después de tener a mi primer hijo, pero a ella la cambiaron de centro de salud y la segunda no me sentí bien, el médico que me atendió, cuando le comentaba de mis dolores en el bajo vientre, no me contestaba, en la sala estaba su enfermera y un estudiante más y delante de ellos me mandó a cambiarme mi ropa.

VERGÜENZA FEMENINA

Cuando me hizo echar en su camilla con las piernas abiertas, era bien vergonzoso, tenía miedo y hasta mis piernas me temblaban, pero el médico como era bien renegón, me llamó la atención. “¡Deje de moverse usted ya tiene experiencia!, si sigue temblando se va lastimar” me dijo y en ese momento, sentí un dolor, como si me quitarán una parte de piel, eso fue cuando tuve mi segundo hijo, ahora que mi esposo me dejó, ya no quiero hacerme exámenes, me da miedo”, recordó Clotilde.

Como ella cientos de mujeres observan que en exámenes ginecológicos aplicados en centros estatales no ha modificado el trato con las mujeres, no se respeta las costumbres sociales y menos se busca acabar con el tabú de poder superar los miedos culturales.

La atención deshumanizada, fría, de poco diálogo y explicación por parte de los médicos a sus pacientes, varones o mujeres, no solo se presentan en seguros públicos, siendo este uno de los principales factores por el que la población huye de los análisis médicos de prevención y llega a los centros de salud, cuando la enfermedad dañó los órganos internos o la misma es irreversible.