Marcelo Arduz Ruiz es un consumado poeta, él mismo se descubrió desde niño por su acendrada sensibilidad. Y si un poeta la cultiva e incrementa en el decurso de su vida, ingresa a la irrefrenable pasión por crear, para ser consecuente con su indeclinable preocupación por el mundo, y quien se preocupa por la humanidad es un ser humano solidario y confiable.
En ese ámbito, Arduz Ruiz no descuidó el segmento poblacional más importante de una colectividad evolutiva, que es la niñez y escribió desde el fondo de su espíritu el pequeño, pero consistente libro en contenido, Estrellas de un día, dirigido a los niños. Utiliza un lenguaje frontal sin eufemismos, sin la errónea presunción de que a los niños se les escribe con lenguaje sencillo, cuando ellos comprenden de manera intacta cualquier mensaje.
Dentro de estas configuraciones generalizadas de emoción, pensamiento en los niños y acción, que es la plasmación de un libro; las premisas determinadas cultural y psicológicamente, que sirven de fundamento para cualquier creación que puede influir la mente de los lectores, Arduz Ruiz las domina con pericia, pues su vida fue y es un inacabable escalar hacia la perfección del entendimiento humano, que se manifiesta en el hecho fáctico de ser entendido en el lenguaje y escritura por cualquier segmento de edad.
El poeta Arduz Ruiz escribe con impulso emotivo, pero sin desbordarse de la intención de su mensaje, entonces la obra es correctamente acabada para que pueda ser leída por niños y adultos en el tiempo y en el espacio.
En las ciencias sociales se equiparan las expresiones niñez y menor de edad, que no significa impedimento para la comprensión; por ello la poesía de Arduz es madura y dejará al niño espacio para su inteligibilidad y análisis interno, que le asigna un mayor valor intrínseco a la obra. Y todo libro, sin importar su extensión, debería ceñirse a este pensamiento excepcional: “si un libro no nos despierta de un puñetazo en el cráneo ¿Para qué leerlo?, un libro tiene que ser como un hacha que rompa el mar de hielo que tenemos adentro” (Franz Kafka).
Ahora nos permitimos interpretar algunos poemas; así, en el poema FLORES, el autor transporta a la niñez a la generosidad de la naturaleza creada por Dios y con el despliegue de los colores de las flores sensibiliza al niño al cuidado y amor por la naturaleza. En el poema ECO, el autor concientiza a los niños sobre que los campos donde desarrollan sus juegos y travesuras solo asumen vida cuando los niños están presentes, y permanecen desolados sin su bullicio infantil. En la poesía LAS RANAS, cortísima pero impactante: las ranas se elevan como la evolución de un niño y caen cuando el niño deja de ser niño. Una metáfora de vida y muerte.
En el poema NEVADA, la destreza del autor es evidente, pues hace una apología de la vida de los canes, muchas veces ignorada su acción en la vida de los humanos, insuflando de alma a la pequeña bestezuela, produciendo un remezón a sus amos, que más bien se despojan de su alma regalada por Dios. El poema transfunde sangre amorosa a los niños en el cuidado de los animales.
En el poema DESPEDIDA, Arduz guía a los niños a comprender la maravilla de los astros, a admirarlos y a comprender con diafanidad nuestra imperfección impotente.
Finalmente en su AUTOBIOGRAFIA, la luna se desprende del cielo que es la vida y esta nueva vida, que es el niño, se relaciona con los ya vivos y esas aguas que deshoja son sus creaciones y cogitaciones diarias, que son leídas por las estrellas, que son los lectores. El poeta no pierde inspiración hasta su último día de vida y las estrellas y la luna lo acompañan cuando el poeta expira.
El libro que se recensiona ha sido premiado y editado por la Federación Universitaria de Docentes de la Universidad Juan Misael Saracho, con motivo del II Encuentro Cultural Nacional de la Federación de Docentes Universitarios, de junio de 2018. Es un esfuerzo inmejorable de los docentes de esa prestigiosa universidad de la bella Tarija.
El autor es abogado Corporativo, posgrados en Interculturalidad y Educación Superior, Docencia en Educación Superior (maestría), Arbitraje y Conciliación, Derecho Aeronáutico, doctor honoris, escritor.
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