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El “embrujo” de los seis goles: de Kempes a Rodríguez

En el “Clan de los seis” aparecen los italianos Paolo Rossi y Salvatore Schillaci, el inglés Gary Lineker y el ruso Oleg Salenko entre otros.


La racha de máximos goleadores de los mundiales que anotaron seis tantos, entre Argentina’78 y Francia’98, marcó un número que pareció obligatorio durante veinte años, pero que desapareció en 2002 con los ocho goles de Ronaldo y volvió en los botines del colombiano James Rodríguez en Brasil 2014.

La lucha por el título de goleador de la Copa Mundo siempre ha sido cerrada y exclusiva, y entre los hombres que escribieron con anotaciones su nombre en la historia del máximo torneo del fútbol están el argentino Guillermo Stábile, con 8 tantos; el brasileño Leónidas, con 7; el francés Just Fontaine, con 13; el portugués Eusebio, con 9, y el alemán Gerd Müller, con 10.

Pero el inolvidable “Clan de los seis” marco una época en la que, como embrujados, los mayores artilleros del campeonato mundial solo inflaban las redes en seis ocasiones.

Fue en Argentina’78 donde Mario Alberto Kempes comenzó el “hechizo” al anotar las seis dianas que ayudaron a la Albiceleste a ganar su primer título mundial. ‘El Matador’ le marcó dos veces, respectivamente, a Polonia, a Perú y en la final a Holanda.

Cuatro años después, el italiano Paolo Rossi, que venía de una suspensión de la FIFA por involucrarse en apuestas de partidos de la liga italiana conocido como ‘Totonero’, llevó con sus goles a la Azzurra al tricampeonato con un triplete frente a Brasil, un doblete ante los polacos en semifinales y un tanto de cabeza que abrió el marcador de la final ante los alemanes.

El inglés Gary Lineker prosiguió con el encantamiento de los seis en México’86, para ser el máximo artillero de aquella edición, aunque los inventores del fútbol se despidieron en el partido de cuartos de final en que Diego Maradona les metió el gol con “la mano de Dios” y luego uno de los más bellos de todos los mundiales.

En Italia’90, el local Salvatore Schillaci mantuvo el ‘embrujo’ y marcó seis veces. Austria, Checoslovaquia, Uruguay, Irlanda y Argentina sufrieron su instinto goleador, pero a la Azzura solo le alcanzó para ser tercero en su país.

En Estados Unidos’94, el hechizo atrapó a dos arietes, el ruso Oleg Salenko y el búlgaro Hristo Stoichkov, que anotaron seis goles cada uno para ganarse la Bota de Oro de la FIFA.

En Francia’98, el croata Davor Suker llegó al ‘Club de los seis’ al marcarle a Jamaica, Japón, Rumanía, Alemania, Francia y Holanda, en el histórico tercer puesto de los balcánicos en esta Copa.

Cuatro años después, el encantamiento cesó con la presencia imponente del brasileño Ronaldo Nazário de Lima, que marcó ocho tantos en Corea-Japón 2002 para el ‘penta’ de la Canarinha.

En las ediciones de Alemania 2006 y Sudáfrica 2010 el seis también brilló por su ausencia ya que el germano Miroslav Klose anotó cinco en su país, y en tierra africana hubo cuatro que marcaron la misma cifra, entre ellos el uruguayo Diego Forlán.

El hechizo del seis regresó en Brasil 2014 con el colombiano James Rodríguez, una especie de Harry Potter suramericano, que se consagró como máximo anotador al inflar las redes de Grecia, Japón, Costa de Marfil, Uruguay y Brasil.

Marcó en los cinco partidos de la selección cafetera, que terminó quinta en la que ha sido su mejor participación mundialista.

El ‘embrujo’ del seis tuvo un principio y un final con jugadores suramericanos. ¿Estará en Rusia 2018? ¡Hagan sus apuestas!

EFE

 
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