Raúl Rosales R.
La sociedad boliviana ha sido protagonista de extraordinarios episodios históricos a lo largo de su existencia centenaria. Sin embargo, con frecuencia esos hechos fueron tergiversados y aun olvidados en forma deliberada, tales son los casos del derrocamiento de Mariano Melgarejo (15 de enero de 1871), la “guerra” entre La Paz y Chuquisaca (1898-1899) y la revolución de abril de 1952.
El suceso bélico de 1952, con la participación protagónica de carabineros y policías, fue subestimado por los historiadores, lo que origina juicios falsos y consecuencias lamentables.
Para entonces los carabineros se habían inclinado por apoyar al gobierno de Gualberto Villarroel (1943-1946), lo que les valió la resistencia de fuerzas militares, al extremo de sugerir su total disolución, lo cual originó un distanciamiento y hasta enfrentamiento en las calles.
Ese proceso se agravó en 1952, cuando los carabineros participaron en un golpe de Estado, encabezado por el ministro de Gobierno, General Antonio Seleme, acción que derivó en que fuerzas militares salgan a defender a la Junta de Gobierno, reacción que se convirtió en un choque armado, durante el cual las dos fuerzas utilizaron alrededor de 30 mil fusiles y ametralladoras y se dispararon en dos días, más de ocho millones de proyectiles, aparte del bombardeo de artillería desde El Alto y Miraflores al centro de la ciudad de La Paz. Ese enfrentamiento derivó en una insurrección popular que puso fin a la Junta Militar.
Ese suceso armado fue, a pesar de su importancia, poco o nada estudiado por los historiadores y pese a ese olvido adquiere actualidad y, por tanto, los detalles de ese episodio han empezado a salir a luz para conocimiento de nuevas generaciones. En efecto, ha salido en circulación un estudio sobre ese episodio, bajo el título de “La Gran Batalla del 9 de Abril de 1952”, escrito por el historiador y periodista Luis Antezana Ergueta, en el que ofrece detalles apasionantes sobre al choque armado con participación de tres regimientos de carabineros, con unos dos mil efectivos, en alianza con sectores populares, contra por lo menos ocho regimientos, con unos cinco mil hombres, bajo el comando del General Humberto Torres Ortiz, que puso en ejecución un plan de operaciones de grandes alcances.
A la vez recuerda cómo se produjo una gran batalla, cuando la ciudad era bombardeada por artillería y morteros y produjo alrededor de dos mil muertos.
El libro “La Gran Batalla del 9 de Abril” permite salvar del olvido ese acontecimiento y reconocer la importancia de los carabineros, excombatientes del Chaco y civiles, en la historia del país. Es un estudio más militar que político, no sólo en el aspecto descriptivo, sino por el análisis objetivo a través de sus protagonistas, movilización de fuerzas, maniobras estratégicas y tácticas, etc.
Está respaldado por testimonios de participantes en ese hecho, documentos de los principales actores de ese suceso, gráficos, etc. Fue editado por Plural.
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