Víctimas de violador no denunciaron por temor

Varias de las víctimas de Carlos Flores Poma, el presunto violador en serie que operaba en la zona Sur, en su mayoría trabajadoras del hogar, no denunciaron el hecho por temor y vergüenza, pero quienes así lo hicieron, en otros casos, luego afrontaron la disolución de su familia debido a los prejuicios sociales, informó el fiscal de materia, William Guarachi.

CÁRCEL

Flores, con más de 20 denuncias por violación y robo agravado en su contra, fue enviado con detención preventiva al penal de máxima seguridad de Chonchocoro, mientras se trata de dar con el paradero de una mujer presunta cómplice del sospechoso.

La determinación fue tomada el jueves por la tarde en audiencia de medidas cautelares por la juez cuarto anticorrupción y lucha contra la violencia hacia la mujer, Melina Lima.

Por su lado, el fiscal Guarachi detalló que en la audiencia se presentaron varios elementos que hacen presumir que Flores de 59 años, casado y con cinco hijos, es el responsable de estos vejámenes cometidos desde 1999.

Entre las pruebas presentadas ante la juez, se tiene una pistola de juguete que el sujeto habría abandonado en un matorral por la zona donde cometió varios de estos hechos.

Así mismo, se presentó tres aparatos celulares, dos de los cuales pertenecían a las mismas víctimas con los cuales el sujeto contactaba a más mujeres cambiando el chip de la línea telefónica.

ARMA DE JUGUETE

“En principio tenemos los datos de una acción directa que se ha realizado (el martes 12 por la mañana), donde una de las víctimas reconoce a su agresor, posteriormente las declaraciones de testigos que se han apersonado, datos de varias otras víctimas, el registro del lugar del hecho (un barranco en la Zona Alto Irpavi) donde se halló un arma de juegue color negro, que coincide con el relato de todas las víctimas que señalan que el sujeto las intimidaba para robarles sus pertenencias y cometer la agresión sexual”, detalló Guarchi.

FAMILIAS

En esa línea, el fiscal aseguró que se conoce de más de 20 víctimas, que por el momento seis ya lo reconocieron plenamente pero que otras se apersonaron y no quieren declarar debido al temor y la vergüenza.

“Por esto estamos resguardando identidades de las víctimas. Son personas mayores de entre 25, 30 y 45 años de edad, mujeres que tienen familia, están casadas y tienen una relación estable. Este sujeto aprovechó de esta condición sabiendo que por vergüenza no lo han denunciado, en algunos casos han denunciado y ha disuelto la unión conyugal que tenían”, aseveró el fiscal.

Sobre la base de los datos proporcionados en la Policía, se tiene que los primeros antecedentes que involucran a Flores datan de 1999 en Cochabamba con cerca de cuatro casos.

En La Paz, la Fuerza Anticrimen registra denuncias desde el 2015 y la última es de mayo de este año.

Si bien en la mayoría las denuncias se desconocían la identidad del sujeto, y solo presentaban cargos por el robo agravado de sus pertenencias, joyas, celulares y documentos, en el proceso de investigación se elaboró un perfil, el modus operandi y los lugares donde aparecía.

A medida que se acercaba su aprehensión, se estableció que la mayoría de las víctimas calló la violación por los mismos prejuicios y temores.

Flores aparecía y desaparecía conforme cometía cada violación, pero fue el seguimiento por medio de peritajes informáticos, por los que se puedo establecer que continuaba utilizando el celular de una de las víctimas y había contactado a otra persona con la cual el pasado martes había concertado una cita y fue aprehendido en la zona de los Pinos.

En este caso, además de que otras víctimas lo reconozcan, se sigue la pista de una mujer, posible cómplice de Flores, cuya presencia en la citas, hacía que las mujeres entren en confianza con su agresor. Las abordaba en la calle y luego de varios contactos que podían llevarle hasta meses, el sospechoso les prometía acomodarlas en trabajos bien pagados en embajadas o casa de personas extranjeras.