Erick Jeant Millares Luna
En la sociedad boliviana están muy arraigadas ciertas tradiciones, costumbres, mitos, tabúes y cosmovisiones en relación con la muerte y es así que nace un sentimiento de intangibilidad hacia el cuerpo de quien perdió la vida por alguna razón o circunstancia. Esta situación ha desembocado en una serie de problemas de quienes deben llevar adelante el trabajo de investigación cuando se presentan muertes violentas o que de alguna forma requieren determinar la verdadera causa de la muerte.
La sociedad tiende a un aumento del deseo de protección del cuerpo del ser querido y de evitar que se produzca la destrucción del organismo del fallecido. Piden que el cadáver “quede intacto” o que “no sea mutilado”. Esta circunstancia hace que la mayoría de los familiares y cada vez con mayor frecuencia, nieguen el permiso que por ley es obligatorio para la práctica de la autopsia, acudiendo a una excepción que no es regulada por norma, como es el “acta de oposición”. Esta práctica deviene de hace años y está permitiendo que muchas de las muertes violentas no sean investigadas. Después de un tiempo surgen denuncias y pedidos de exhumación para investigar o recién determinar la verdadera causa de la muerte, motivados por denuncias o acusaciones sobre los intereses patrimoniales.
Según datos de los hospitales de Estados Unidos, la autopsia en la actualidad se practica a menos del 13% de los fallecidos. En el mundo occidental, del 10 al 40% de las autopsias clínicas demuestran datos no esperados, que apoyan la necesidad del examen post mortem al mayor número posible de cadáveres, pues las estadísticas que manejan en el país del norte dejan fuera a cerca del 90%.
La ecopsia es un nuevo método de autopsia ecográfica, con aplicación de la técnica de imagen, que consiste en practicar una autopsia sin necesidad de abrir el cadáver. Se hace una ecografía general, con punciones en los diferentes órganos para estudio histológico. Es guiada por ultrasonido para obtener material de órganos o aspiración de líquidos de las cavidades. La laparoscópica o la resonancia magnética también son técnicas de apoyo que pueden ser utilizadas si es necesario, obteniéndose los mismos resultados que en la autopsia tradicional. La ecopsia es identificada en la actualidad como una técnica poco invasiva, económica y más rápida de realizar, premisas cumplidas por la también llamada “Autopsia Ecográfica” dejando al cadáver casi intacto.
Esta práctica se está desarrollando desde hace tiempo en algunos hospitales de España, como alternativa a la autopsia convencional, por las ventajas que ofrece. En algunos países de Latinoamérica ha logrado incursionar, tal es el caso del Brasil, donde inclusive la doctora Farinha ya desarrolló un protocolo que viene aplicando, en Perú específicamente.
El mayor impacto es debido al menor tiempo utilizado en todas las tareas en la ecopsia. Aproximadamente el tiempo en la sala de autopsia es un 66% menor en la ecopsia, 35% menor en el laboratorio, un 10% en secretaría. El gasto en productos de fijación es 80% más barato, el de la limpieza de la sala es irrelevante. El gasto de material fotográfico para presentación de sesiones o de registro en la autopsia es cambiado en la ecopsia por la recogida en vídeo que queda como prueba objetiva y de la situación inicial del cadáver. Esto último puede ser de interés en los estudios forenses.
Definitivamente, el desafío está en que las instituciones encargadas de estas tareas y funciones puedan dar el salto tecnológico que requieren la dinámica del tiempo y la sociedad.
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