La debilidad de Túnez en el juego aéreo y el oportunismo de Harry Kane dieron ayer a Inglaterra una agónica y sufrida victoria en el último minuto ante un equipo muy serio en defensa pero con escasa incidencia en ataque. Los ingleses derrotaron por 2-1, en el segundo partido del grupo G, de esa manera, igualaron las tres unidades de Bélgica que consiguió ante Panamá (3-0).
El partido comenzó con el guion esperado. Gareth Southgate optó por Sterling como compañero de Kane en vanguardia e Inglaterra salió muy enchufada bajo la batuta de Henderson y un Alli correoso y movedizo.
El centrocampista del Liverpool dominaba el centro del campo frente a un Sliti y un Skhiri sin apenas presencia, y suyo fue el inicio del primer aviso.