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Rusia gana y tiene servida la clasificación a octavos

El equipo anfitrión venció a Egipto 3 -1. Salah se estrenó en el Mundial con un gol, que a su equipo le sirvió de muy poco.


Dzyuba (22) y Zobninm se unen al festejo del tercer gol de los locales.

La selección de Rusia prácticamente se clasificó ayer a los octavos de final con su segunda goleada del Mundial, un 3-1 al Egipto de Mohamed Salah, que marcó un gol de penalti en su debut mundialista y ve cómo pasar de ronda se convierte casi en un imposible con dos derrotas en dos partidos.

El conjunto ruso confirmó que su efectividad de cara a puerta no fue flor de un día contra Arabia Saudí, ya que endosó tres tantos en los primeros 17 minutos de la segunda mitad a los ‘faraones’, lo que le pone prácticamente en la fase eliminatoria, de la que solo un improbable triple empate a 6 puntos con Uruguay y Arabia, con goleadas por medio, le sacaría.

Los de Stanislav Cherchesov siguen de fiesta, llevan ocho tantos en dos partidos de su Mundial, lo que es un récord para una anfitriona desde Italia 1934, y cuentan con dos futbolistas de dulce: Denis Cheryshev y Artem Dzyuba. Los dos volvieron a ‘mojar’ en la víspera, tras el tanto inicial en propia meta de Ahmed Fathi.

El duelo comenzó con ritmo, impreciso por parte de Egipto que intentaba tomar la iniciativa, mientras la selección rusa imponía una presión alta.

Despertó Egipto en cuanto vio a su ídolo aparecer. En una pared con Abdalla Said, Salah recordó que estaba ahí, y de alguna forma insufló ánimo a los suyos para sacudirse la presión local.

El partido no tenía dueño, pero sí mucho ritmo, convertido en un festival del contragolpe. Unos y otros buscaban su oportunidad a la carrera o en un rechace, como el que recogió Cheryshev para lanzar un chut desde fuera del área que se fue dos palmos por encima del larguero de El Shenawy.

Cuando bajó el ritmo del duelo, el balón se hizo egipcio. El pueblo de las pirámides buscó transportarlo al ataque sin éxito, hasta que el lateral izquierdo Abdelshafi encontró una autopista por su banda: en su primer centro, peinado por Marwan, Yury Zhirkov le arrebató el balón a Salah cuando el ‘10’ buscaba el remate solo.

A Rusia le vino bien el intermedio. Salió a la segunda mitad volcada como en el arranque del duelo, y encontró un premio inesperado.

El rechace de un centro desde la derecha de Alexander Samedov que El Shenawy sacó de puños, le llegó a Golovin, cuyo centro tenso buscando a Dzyuba se encontró con Ahmed Fathi, que en su intento por despejar introdujo el balón en su propia portería.

La afición local alentó a los suyos en busca del segundo, mientras Egipto permanecía noqueado. Y respondió Cheryshev, llegando desde atrás para rematar un pase de Mario Fernandes desde la línea de fondo.

Pero la fiesta rusa no había terminado, porque en la siguiente acción del partido sería Dzyuba quien reclamara su lugar en el recuerdo de los hinchas de San Petersburgo con el tercer tanto, fruto de un saque larguísimo de Kutepov, que el gigantón bajó al piso, sorteó a Ali Gabr y remató a placer. Dos goles en dos duelos.

Siguió intentándolo Egipto, que pudo acortar distancias por medio de Trezeguet, que no estuvo fino en un disparo solo ante Akinfeev; pero lo logró de la mano de Salah, que recibió un agarrón por parte de Zobnin en el borde del área por el cual el árbitro paraguayo Enrique Cáceres, previa consulta al árbitro asistente de vídeo, concedió penalti. Y el ‘Faraón’ se estrenó con un tanto.

Rusia ya vislumbra los octavos de final, la celebración final de jugadores y público dio fe de ello.

EFE

 
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