Tal vez ninguno de los más de doscientos viajes al exterior, como el último realizado a Rusia por el presidente Evo Morales, ha sido el que más comentarios ha recibido y del que se ha informado con abrumadora publicidad oficial.
El viaje que fue acordado hace años -según informes oficiales- abarcó tres grandes capitales, Moscú, La Haya y Beijing, para terminar en Roma. De acuerdo con los expertos costó unos 400 mil dólares,
Lo rescatable de esa nueva gira planetaria fue la ratificación del acuerdo con la estatal rusa Gazprom que se encargará de rehabilitar campos viejos y formar una firma mixta con YPFB para comercializar y explotar hidrocarburos en Vitiacua (Tarija), con una supuesta ganancia de 7 mil millones de dólares para el país, en veinte años. Para facilitar ese negocio, el Presidente del Estado dijo que el gobierno adquirirá un satélite de prospección y para no quedarse en cortas planteó que en vez de comprar 20 mil vehículos a gas rusos, preferiría adquirir una ensambladora de autos.
El mandatario agregó que se firmó otro contrato con la poderosa empresa privada rusa, Acron, firma que comprará dos plantas de urea en Brasil que funcionarán con gas boliviano a partir del año 2022, gas que se espera produzca Bolivia hasta entonces. “Ellos van a comprar dos plantas de fertilizantes de urea en Brasil y el compromiso es cómo garantizar la provisión de gas”, declaró Evo Morales, en entrevista por la radio estatal, el 15 junio.
Al respecto, el mandatario boliviano dijo que para entonces, Bolivia venderá a la Acron entre 2 y 4 millones de metros cúbicos al día y que su precio será estudiado después. Finalmente se firmó un memorando de entendimiento con el Ministerio de Recursos Naturales ruso que permitirá cartografiar aguas subterráneas en Bolivia.
Hubo otras dos muy importantes charlas laterales. El mandatario dijo que habló con el Presidente de la Federación Mundial de Fútbol, quien garantizó que el año 2025, bicentenario nacional, se realizará en Bolivia un campeonato mundial de fútbol (femenino), que sería el “mejor regalo” para el país.
Evo Morales, enseguida de asistir a la inauguración del Campeonato Mundial de Fútbol, siguió viaje a La Haya y China, para retornar a La Paz y de inmediato viajar a Roma, periplo que significó alrededor de 50 mil kilómetros, dando así, lo que podría decirse, la vuelta el mundo en ocho días.
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