Para un desarrollo intelectual adecuado de la niñez y la juventud estudiantil, la condición imprescindible es desarrollar la calidad de la educación en todos los niveles y áreas del sistema educativo. Y es que en la educación radica la mayor responsabilidad social y cultural de una sociedad. Se sostiene que la educación encierra un tesoro invalorable de una sociedad, y es más importante que adquirir algún conocimiento o habilidad.
El desarrollo del estudiante implica un crecimiento multidimensional, tanto en la formación intelectual como también social, cultural, a nivel ético y moral. Por todo ello, la educación debe ser considerada un factor de mayor importancia para el desarrollo de una sociedad; y debe abarcar a todos los estratos sociales, para que todos tengan derechos igualitarios para acceder a una educación de calidad, ya sea en la familia o en la escuela. De esta manera, el estudiante también desarrollará sus aptitudes y capacidades, sobre todo responsabilidad para con su familia y la sociedad. Pero hoy vemos, en todos los ámbitos del planeta tierra, que los niños y jóvenes en edad estudiantil no tienen mayores opciones para acceder a una escuela, por muchas causas que los limitan, que son de orden económico, cultural y social. Al respecto se debería leer lo que dice la Declaración de la Organización de Naciones Unidas para los Derechos del Niño.
En los países denominados “en desarrollo”, como es el caso nuestro, existen algunas formas de discriminación, por las cuales los niños de estratos sociales más bajos no tienen opciones para acceder a una escuela de mayor jerarquía, porque el sistema educativo no responde, de manera apropiada e igualitaria, a las demandas y necesidades sociales de la población. Por consiguiente, se hallan ante la imposibilidad de superar la barrera de la exclusión dentro y fuera del sistema educativo. Como ejemplo, en nuestro país existe la clasificación de educación urbana y rural o privada y pública.
La finalidad de un país debe ser alcanzar la calidad en la educación, en todas las áreas y niveles educativos, para formar mejores ciudadanos del mañana, con valores éticos y morales; para ello, las autoridades del gobierno deben trabajar desplegando sus máximos esfuerzos.
Las escuelas de hoy deben saber que están formando a los ciudadanos del mañana, hombres y mujeres que vivirán en los próximos 20 o 30 años, cuando estarán en su plena madurez y tendrán que enfrentar la vida que les tocará vivir ese entonces.
En la actualidad, la educación en general, en el mundo, está atravesando una profunda crisis por los avances tecnológicos y cambios sociales que viene sucediendo en el mundo. En consecuencia, el trabajo y toda actividad humana se modernizan con tecnología; esa situación provoca y provocará que en los años venideros se requiera otro tipo de profesionales y surgirá la consiguiente necesidad de formarlos para las diferentes áreas de trabajo.
¿Y cómo está la educación en Bolivia? En nuestro país, la reforma educativa fue implementada con la Ley Avelino Siñani-Elizardo Pérez, hace casi una década; se dijo con la finalidad de mejorar la calidad de la educación, pero a estas alturas del tiempo, no se avizora los resultados esperados. Es así que nuestros estudiantes no están en condiciones de participar en las principales pruebas internacionales a las que se convoca anualmente, como el programa de evaluación de estudiantes, PISA. La pregunta es: ¿Cuándo los estudiantes bolivianos estarán en condiciones de participar en dichas pruebas?
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