Certezas de menores inversiones en el país

Las últimas disposiciones aprobadas por el gobierno en mayo pasado, según criterio de economistas, empresarios, organismos económicos y posibles inversionistas, han dado certezas de que el país no recibirá inversiones foráneas mientras persistan medidas que hagan retroceder cualquier intención o, claramente, sean una especie de invitación para demostrar que en el país no existen las condiciones precisas como para adentrarse en proyectos que permitan la creación de empresas con inversión de capital financiero, humano y tecnológico.

Similar criterio se ha expandido entre quienes cuentan con ahorros en el país y que tenían la intención de ampliar las instalaciones de producción de bienes y servicios que poseen y llegar a la importación de maquinaria moderna que les permita mejorar la calidad y cantidad de su producción. “Las medidas aprobadas son un desaliento para invertir”, dicen muchos empresarios; si bien se reconoce que dado el costo de vida, es justo que los trabajadores mejoren sus ingresos; pero no en la forma como se lo hace, mediante bonos, aumentos salariales anuales y, lo más grave, el que “se institucionalice el doble aguinaldo”, porque como van los intereses políticos, nada raro sería que este doble beneficio de fin de año sea parte normal de cada presupuesto.

Muchas veces surge la pregunta: ¿Por qué no hay sueldos y salarios mayores a los que se paga? La respuesta es simple: porque cada empresario, a más de presupuestar doce sueldos al año y el pago de un aguinaldo, debe consignar en sus cálculos la provisión para beneficios sociales, el pago a las Cajas de Seguridad Social -CNS y otras, AFPs-, provisión para riesgos de trabajo que no siempre abonan los sistemas de seguro. Estos montos, sumados, determinan que el factor sueldos y salarios suba hasta en un 100%, 50% que percibe el trabajador en sueldos mensuales, y el 50% en forma indirecta pero que lo benefician. Para cada empresa, todo esto implica incremento del presupuesto y, lógicamente, de costos de operación.

Muchas veces se sostiene que “las empresas grandes pueden enfrentar, por ejemplo, el doble aguinaldo”; la respuesta: sí, pero ellas como empresas grandes, igualmente deben cargar a sus presupuestos y costos los montos pagados; el que dispongan muchas veces de liquidez para abonar el doble aguinaldo no quiere decir que dispongan de una economía sólida capaz de hacer frente a cualquier exigencia o dificultad. Los empresarios medianos y pequeños, no siempre con posibilidades de contar con liquidez para atender obligaciones -inclusive mensuales-, deben recurrir a préstamos porque el producto de sus ventas o prestación de servicios no siempre es pagado con la oportunidad debida o, finalmente, no se cuenta siempre con el capital de riesgo que debería ser normal para atención de emergencias o hechos coyunturales que se presenten.

Este panorama de dificultades muestra, pues, que las inversiones no puedan ser efectivas como se querría.