Vitoria (España).- Van Morrison, el León de Belfast, subió ayer al escenario principal de la 18 edición del Azkena Rock Festival en Vitoria con un repertorio variado que ha sumergido al numeroso público asistente en un viaje por el tiempo del blues y el soul con toques jazzies a golpe de rugidos con textura de terciopelo.
En un concierto que ha ido de menos a más, tanto en el calor de los temas como en el volumen del sonido que, una vez más, ha generado controversia entre los asistentes, Morrison, que en breve cumplirá 73, ha dirigido con su habitual mano de hierro a un solvente sexteto que ha tenido buenas ocasiones para lucirse. EFE