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Potosí, tumba de príncipes, virreyes, marqueses y condes

Por: Erick Bejarano Zárate


CRÁNEOS EN LAS CRIPTAS DE SAN FRANCISCO.

Potosí.- Dentro de las magníficas cualidades turísticas que posee el departamento de Potosí se debe también destacar que es la única región poseedora de los marquesados y condados coloniales que correspondían al Alto Perú, hoy Bolivia.

Entre las calles y templos de la Villa Imperial convivían personajes de la nobleza qaraqara, inca y también española.

Al momento de su muerte fueron sepultados en los templos existentes en Potosí ya que la ciudad no contó con un cementerio sino hasta el periodo republicano. Sus fallecimientos fueron sucesos dignos de rememorar, por el boato empleado en sus exequias, y sus opulentas tumbas se encuentran localizadas en los magníficos templos de Potosí.

Algunos de los históricos y potentados personajes nobles cuyas tumbas están en la Villa Imperial fueron los siguientes:

CONDES DE CARMA

El Conde Matías de Astoraica y Cereceda (1692-1743), título concedido por el rey Felipe V, fue el primer conde de San Miguel de Carma, alguacil mayor de Corte de la Real Audiencia de Charcas y oficial real de las Cajas de Potosí. Su tumba está en el templo de Santo Domingo, en la actual calle Cobija.

Don Domingo José de Astoraica y Herboso (1728-1760) fue el segundo Conde de San Miguel de Carma. Lo sepultaron en el Capilla de los Condes del templo de Santo Domingo de la Villa Imperial de Potosí.

MARQUESES DE OTAVI

Don Juan de Santelices y Castanedo fue vizconde y segundo marqués de Santa María de Otavi. Alcalde ordinario y capitán de milicias de la Villa Imperial, falleció en Potosí el 22 de marzo de 1745 y fue sepultado en el templo de la Compañía de Jesús, donde actualmente funciona la Dirección de Turismo de la Alcaldía.

Por su parte, don Joaquín José de Otondo Álvarez Monroy fue el tercer marqués de Santa María de Otavi, maestre de campo, caballero de la real y distinguida Orden Española de Carlos III. También fue dueño de las Haciendas de Cayara, Chesche, Jesús del Valle, Oroncota, Santa Lucía, Santa María de Otavi y Tocoro. Falleció en Potosí el 1 de mayo de 1793 y fue sepultado en el templo de San Francisco, ubicado en las actuales calles Tarija y Nogales.

LIZARAZU Y MONTOYA

La tumba del segundo conde de la Real Casa de Moneda, Felipe de Lizarazu Beumont de Navarra y López Nieto, se encuentra en el templo de Nuestra Señora de las Mercedes, mejor conocido como templo o iglesia de La Merced, ubicado en calle Hoyos esquina Millares.

El rey Carlos III le concedió el grado de Capitán de Granaderos de Infantería. Fue nombrado Caballero de la Orden Carlos III en 1791 y falleció en Potosí el 14 de diciembre de 1808.

En tanto, la tumba del primer conde de Casa Fuerte y vizconde de Salazar, don José de Montoya Salazar y Orbaneja, nombrado regidor perpetuo del Cabildo de Lima, se encuentra en el templo de San Antonio de Padua, mejor conocido como San Francisco. Este ilustre personaje falleció el 17 de febrero de 1750.

ÚLTIMO VIRREY

La tumba del ultimo virrey español de América, el general Pedro Antonio Olañeta, se encuentra en Patirana, un lugar de la provincia Nor Chichas de Potosí donde fue sepultado después de caer vencido en la última batalla por la independencia de América llevada a cabo en territorio potosino, llamada la “Batalla de Tumusla”.

Allí fue derrotado por el ejército del coronel potosino Carlos Medinaceli Lizarazu, el máximo libertador de Bolivia.

El virrey Pedro Antonio Olañeta, al saber del cambio de bando del coronel Medinaceli Lizarazu, se puso en campaña para levantarle guerra en su cuna natal. Retrocedió del punto donde estaba y se dirigió a Cotagaita con 700 hombres. Mientras tanto, Medinaceli había tomado posiciones en el río Tumusla.

El combate se inició el 1 de abril de 1825 y concluyó a las siete de la tarde. Herido por tiros de fusil, el virrey Olañeta, considerado el último león ibérico, cayó en tierra, a cuya vista sus soldados se dispersaron, entregándose algunos al jefe vencedor.

Olañeta fallece al día siguiente, 2 de abril. Ese mismo día, Medinaceli remite el parte de la batalla al mariscal Antonio José de Sucre y el vencedor de Ayacucho describe el momento citando:

“El Virrey Olañeta, que había evacuado Potosí el 28 de marzo, tuvo un encuentro con una partida nuestra el 1º del corriente y, siendo completamente derrotado y herido, murió el 2. Antonio José de Sucre, Potosí, 6 de abril de 1825”.

Según cita Stevenson, Medinaceli tomó 200 prisioneros de tropa y más de 20 oficiales, bagajes, municiones, etc. Fue este el último combate de tropas regulares por la Independencia de Bolivia sellándose la liberación de la Patria en territorio potosino. Días después, el 7 de abril, perseguido por el general Medinaceli y Burdett O’Connor; José María Valdez, al frente de 200 supervivientes se rindió sin batalla alguna en Chequelte, ante el general Urdininea, poniendo fin al dominio español en el Alto Perú. Tres meses más tarde, el rey de España Fernando VII concedió al fallecido virrey Pedro Antonio Olañeta el nombramiento de “Último Virrey Perpetuo del Virreinato del Río de la Plata”. (Correo del Sur digital- Ecos)

 
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