Fácil asalto a puesto militar

Es de conocimiento púbico que el día 16 pasado en Porvenir, Pando, fue asaltada la Capitanía de Puerto Bruno Racua con pérdida de armamento, 11 fusiles AK, 5 pistolas y abundante munición. Los 7 asaltantes -presuntamente brasileños y bolivianos- hirieron de bala a un sargento de la Armada y propinaron una golpiza a dos soldados, que era todo el resguardo de esa unidad. Se impone una investigación interna que no solo sea al teniente a cargo de la misma, sino a los jefes departamentales de la Armada en Pando, ya que es su deber asegurar la dotación adecuada de efectivos con instrucciones precisas de defensa, tanto más si se trata de un puesto fronterizo. Se informó sobre el levantamiento de un sumario interno.

Además, existía el antecedente de que días antes, un regimiento de la Policía Civil brasileña de una población cercana fue objeto de otro asalto, con sustracción de armamento cuantioso, que fue recuperado. Al presente se hace rastrillajes en colaboración en ambas fronteras. Viene a la memoria que en 2014 tuvo lugar un ataque parecido en Puerto Evo, Nueva Esperanza, también en Pando, sustrayéndose 12 fusiles modernos. Desde el Brasil se ha denunciado anteriormente la incautación de armas con el escudo boliviano, pertenecientes a las Fuerzas Armadas, en manos de organizaciones criminales del narcotráfico.

En ninguno de estos acontecimientos se registró resistencia por parte de la guardia respectiva, lo cual sugiere que los ejecutores brasileños conocen tal indefensión y la facilidad para consumar estos ataques. Llama la atención que estas unidades militares no sean capaces de reaccionar. El ministro de Defensa, Javier Zabaleta, aduce que las Fuerzas Armadas no cuentan con un protocolo para enfrentar lo que él llama “robos” delincuenciales. Es elemental esperar una condigna defensa de cualquier puesto militar; no es concebible lo contrario y menos que sea necesario un Protocolo ante una emergencia. ¿No hay resguardo permanente, puestos de avanzada, etc.?

A la hora nona se toma medidas administrativas, policiales, etc. Alguien diría “tranca al corral después del burro muerto”. Policías especializados del DACI de Santa Cruz se han constituido para reforzar los un tanto tardíos afanes. La repetición de estos casos hace ver a propios y extraños el descuido castrense que, por otra parte, es cosa común en todos los resortes estatales y es parte de nuestra idiosincrasia. De todos modos no hay duda de que el país queda en ridículo.