El diccionario de nuestra rica lengua española define al desvarío como: “dicho o hecho fuera de concierto” y también se entiende por: decir despropósitos. Y es ciertamente un despropósito del segundo hombre del poder político que nos gobierna hace dos sexenios, el decir que: “los activistas del 21F son anti-Bolivia, son la derecha, los “vende patria” y otros adjetivos impropios, en boca de un individuo considerado el “intelectual” del régimen, pues con esas declaraciones reafirma sus posturas de prédica del odio, la división y confrontación entre bolivianos, y más aún, de desconocimiento de la voluntad mayoritaria del pueblo boliviano, que en la consulta del referéndum convocada por el mismo gobierno, dijo ¡NO! a la repostulación por cuarta vez del presidente-candidato del Estado Plurinacional.
En sus desafortunadas declaraciones, el señor García Linera agregó que el programa de gobierno de la supuesta derecha es un trisílabo: “Bolivia dijo ¡NO!”, cuando en estas breves palabras está la diferencia entre el populismo “seudo comunista” del cada vez más reducido grupo gobernante, y las posiciones democráticas del pueblo boliviano, que por encima de los partidos políticos de oposición -por cierto sin liderazgo contundente- una vez más en nuestra historia, dará una batalla por las libertades y derechos ciudadanos, hoy debilitados por la “democradura”.
Las encuestas independientes de opinión efectuadas sobre el cuadro de situación luego del 21F han determinado, en varias oportunidades, que cerca del 70% de la opinión ciudadana, está alejada del oficialismo y es crítica a sus posturas de hegemonía política, de quedarse en el poder por siempre y de desconocer la voluntad soberana del pueblo, lo que importa un camino al gobierno tiránico, en el que el interés de una sola persona está por encima del interés de la mayoría del pueblo.
El señor Leonardo Loza, vocero del presidente-candidato en el Chapare cocalero, sentenció que no están dispuestos a entregar el Estado Plurinacional a la derecha y que “están dispuestos a usar las armas” para este despropósito (Carta Siglo XXI de 13 de mayo del presente año). Esta declaración del “poder cocalero del Chapare” importa una grave amenaza al estado de derecho, a la democracia y la paz y seguridad interna del Estado, y si estuviéramos en un estado de derecho, el Ministerio Público de oficio debería imputarle por varios delitos.
Otro grave error de los gobernantes del régimen populista es atribuirle al descontento mayoritario del pueblo (decimos mayoritario, por que el 21F la diferencia entre el sí y el no habría sido de más diez puntos, como sostiene el periodista Humberto Vacaflor) ser de derecha, lo que importa que para los populistas, ser demócrata es ser de derecha, cuando, como lo dijimos en otras notas en estas mismas páginas, es el “populismo” el que no tiene ideología, pues es de izquierda, de derecha o de cualquier posición que le favorezca, pues su única finalidad es “el poder por el poder”, y esto nos han demostrado los doce años de permanencia en el poder político.
La Ciencia Política nos enseña que el programa se origina en la ideología, es decir en un conjunto de ideas filosóficas sobre el Estado, sus fines y funciones y, por supuesto, su administración, de donde el programa resulta un conjunto de ideas ordenadas sobre lo que se propone efectuar.
La ciudadanía organizada en plataformas, comités, agrupaciones, etc. tiene, por supuesto, un programa, y este comienza por ser un programa de reinstalar la democracia, como un sistema de gobierno y de vida colectiva de la sociedad organizada en Estado, lo demás viene por añadidura, y oportunamente lo hará conocer a la ciudadanía, para su debate, al que los prematuros candidatos oficialistas seguramente no asistirán, como han rehuido todo debate en estos doce años.
El autor es abogado y politólogo.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |