Tienen dueño, pero viven como callejeros
• Migrantes llegan con mascotas desde regiones alejadas, los animales tienen la misión de cuidar la casa desde la calle.
La ciudad de El Alto es considerada como una de las principales urbes que tienen una población fluctuante por el proceso de migración campo ciudad, donde las familias que llegan a este centro poblado traen consigo, no solo sus pertenencias, sino aquellas costumbres y tradiciones arraigadas que no modifica la forma cómo debe tratar a sus mascotas, como es el caso de los perros.
Un recorrido por diferentes distritos periurbanos de esta ciudad nos demuestra que la población aún prefiere mantener la casa de sus mascotas fuera de la vivienda, prácticamente pegada al muro de calle, aspecto que no solo pone en riesgo la salud de la mascota, por las bajas temperaturas, sino también porque están expuesta a quedar infectadas por diferentes enfermedades, como la rabia, ante el contacto con otros perros callejeros.
TRANSEÚNTES ATEMORIZADOS
Juana Chávez es una vecina de Villa Tunari Fab, donde más de cinco vecinos de una misma calle, suelen dejar a la intemperie a sus mascotas, provocando temor entre los transeúntes, “No hay como convencer a los vecinos que pese a que llevan años viviendo en la zona, siguen con las mismas costumbres, dejan sus perros en la calle, no solo de día sino prácticamente toda la noche y el día, pareciera que lo hacen a propósito, como buscando molestar a los vecinos, porque ensucian toda la calle, hacen sus necesidades por todo lado, entre los perros generan peleas que da miedo pasar cerca porque pueden atacarnos y de paso, cuando sus dueños salen de la casa, pareciera que fueran alentados para atacar a quienes estamos transitando cerca, es todo un riesgo y cuando nos enojamos o decimos que denunciaremos, ellos solo argumentan que son inofensivos que no hacen nada, pero da miedo”, comentó.
COSTUMBRE
Pese a la realización de diferentes campañas de sensibilización por parte de la Unidad de Zoonosis en esta urbe, para Chávez, las familias que eligen tener una mascota, no modifican su conducta y mantienen actitudes poco favorables para el vecindario y para la protección de sus mismas mascotas.
Para el responsable de Zoonosis Rolando Yujra, varias conductas ciudadanas, se entre mezclan con las aplicadas en áreas rurales, “entre las cuales, está la que sus mascotas no se queden en su vivienda, porque en el campo no existen muros y las mascotas están fuera de la casa protegiendo el ganado y no la vivienda, este es uno de los aspectos que influye en la forma de criar a sus perros”.
El personal de Zoonosis, son quienes deben llegar a la vivienda, donde se encuentra el perro denunciado por agresión y en siete de los 10 casos denunciados a esta entidad pudieron constatar que la mascota tienen construida su casa en la calle, al lado de la puerta de la vivienda de sus propietarios, factor que ocasiona un alto riesgo, no solo para los transeúntes, sino a la misma propietaria de la vivienda, porque sus mascotas pueden ser fácilmente envenenados por los antisociales, como se presentaron algunos casos.
PELIGRO LATENTE
Yujra recomendó a las víctimas de mordedura de perro, o riesgos que generan estos animales que están viviendo en la puerta de sus viviendas, apersonarse a las oficinas de esta entidad a objeto, no solo de realizar la denuncia, sino de que esta instancia confirme si el animal agresor registra o no rabia canina y aplicar las sanciones correspondientes a los propietarios de la mascota.
En la ciudad de El Alto se identifica a una población canina de 216 mil, de los cuales el 3%, vive en condición de calle, generando la proliferación de diferentes enfermedades, que suelen afectar tanto a transeúntes, propietarios y a otras mascotas de cada zona.
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