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[Boris Santos Gómez]

EEUU va confirmando liderazgo en LNG


China no impone aranceles adicionales a los carguíos de barcos conteniendo LNG (gas natural licuificado) desde Estados Unidos, con lo que demuestra la necesidad china por capturar energía (gas, petróleo o derivados) desde cualquier lado del globo para aminorar, también, su altísima dependencia del carbón (70% de la matriz energética china es base a carbón). Con ello se deja establecido que el “hambre” de China por energía es más grande que su amor propio y que prefiere mantener su política energética interna satisfecha que pelearse con su principal suplidor: las empresas norteamericanas. El capitalismo vence la ideología.

China va a continuar siendo un gran comprador de LNG norteamericano -y desde donde venga, por ello el mundo de oportunidades se abre para países gasíferos como Bolivia en el sur del hemisferio y otros-, dado que las importaciones de LNG a China aumentaron de 4.000 millones de m3 (metro cúbico) en 2007 a 42.500 millones en 2012.

En 3 años, EEUU puede ser el tercer exportador mundial LNG, después de Australia y Qatar, para posicionarse en el primer lugar en 2025. Veamos por qué.

La respuesta sencilla al éxito de Estados Unidos en la industria del LNG es el fracking.

El triunfo del capitalismo norteamericano y la innovación se ve en el posicionamiento norteamericano como país-vendedor de gas vía LNG, gracias a la industria multimillonaria del fracking (perforación horizontal hidráulica), que tanto odian los socialistas y los naziambientalistas. El principal campo productor de gas Marcellus seguirá dando buenas noticias económicas a estados Unidos.

La explotación de gas y petróleo norteamericano vía shale era apenas el 5% del total de la producción de gas en el año 2000, ahora alcanza fácilmente al 85%. El shale gas puso a Estados Unidos nuevamente como jugador esencial en el mercado de suplidores de gas global, mientras otros países como Venezuela o Bolivia, por dar ejemplos latinoamericanos, aún discuten procesos de alta estatización de la industria hidrocarburífera que necesita miles de millones de dólares en inversiones privadas y poco estado, más aún ahora cuando las naciones más poderosas del planeta, agrupadas en el G20, volvieron a subrayar que la transición de carbón y fósiles a nuevas energías utilizará el puente denominado gas natural.

Con esa lógica Estados Unidos apunta a adueñarse del mercado demandante de gas a nivel global, vendiendo en mercados spot vía LNG su gas producido vía fracking. El capitalismo es maravilloso, crea oportunidades y mercados donde no las hay. Por lo menos en la industria de la energía está confirmado y comprobado que no es el socialismo, ni menos el estatismo, sino el capitalismo hace mover esa rueda de negocios.

Gracias al shale el costo de la energía ha caído más de 60% en los últimos 3 años; y los principales beneficiarios han sido las industrias (todas las industrias que necesitan gas natural y electricidad como insumo de su producción). De manera que el gas es llave, como siempre subrayamos, del desarrollo económico. A gas barato, mayores industrias productivas. En 2005 la industria pagaba un promedio de USD 14 por cada millón de Btu (unidad termal británica de medida) y ahora paga USD 3 por unidad de medida.

La más amplia oferta de volúmenes de gas vía shale logró reducir costos y generó otros ingresos para las industrias que requieren energía, ello permitió abrir horizontes como vender excedentes de volúmenes a mercados fuera de EEUU.

China es el ejemplo más claro de lo que un gigante necesita en consumo energético: es el tercer destino más importante del LNG norteamericano, detrás de México y Corea del Sur.

El LNG está siendo requerido en cada rincón del globo. El número de países importadores pasó de 35 en 2015 a 40 el 2017 (fuente: Grupo de Importadores de Gas Natural Licuado). La demanda mundial de gas crece 1,6% anual, con un consumo que alcanzaría a 4.000 millones de m3 en 2022 (3.630 millones en 2016); y China absorbe más de 40% del total.

Si bien es cierto que Rusia, Qatar, Mozambique o -en su momento- la misma Arabia Saudita pueden ofrecer bastante gas LNG al mundo, los precios actuales del gas shale producido en Estados Unidos los hacen más competitivos.

Compañías privadas de Estados Unidos tienen en construcción seis plantas de licuefacción LNG, desde Maryland, a Texas, a empezar a operar en 2021/2022 con capacidad exportadora/procesadora del 12% de la producción gasífera norteamericana para fines de 2019. La mayor parte de los volúmenes serán para China en operaciones que superarán negocios por USD 50.000 millones.

Algo está claro: Estados Unidos se afianza como el principal productor de petróleo y gas del mundo hasta 2040 (Agencia Internacional de la Energía AIE), previsiones que también tienen que ver con la exportación: AIE prevé que Estados Unidos, que ya es un exportador neto de gas, se convierta en un exportador neto de petróleo, esto por la “habilidad”, según indica la AIE, de Estados Unidos para estimular inversiones privadas en shale. “A mediados de la década de 2020, Estados Unidos se convierte en el mayor exportador del mundo de gas natural licuado y, pocos años más tarde, en un exportador neto de petróleo”, señala AIE.

El G20 ya dijo que el gas es el “puente” natural entre fósiles y carbón y las nuevas energías, dado que el gas natural sólo emite 1/5 parte de CO2 que emite el carbón. De manera que el gas vendido modalidad LNG va a tener mucho mercado para reemplazar fósiles y carbón.

La ventaja del LNG es que se lo puede vender en contratos flexibles, en ventas de negocios que atan a compradores y vendedores a plazos no más largos de cuatro años. De manera que las compañías compran gas cuando necesitan y entienden que hay un mercado que puede atender demandas, y ese suplidor eficiente y a costo razonable es el empresario emprendedor norteamericano. Y guste o no, el presidente Trump dio un impulso absoluto a la industria del fracking en Estados Unidos.

@BorisSGomezU

 
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