Tradicionalmente la población paceña quemaba en calles y patios de sus casas, en oportunidad de la celebración de la Noche de San Juan, grandes cantidades de leña vegetal, basuras, llantas y todo tipo de desechos. En esa noche había miles de fogatas, en las que se quemaba toneladas de artículos de toda clase, combustión que causaba contaminación atmosférica de extraordinaria dimensión.
Esa época, celebrada en forma centenaria en torno a la libación de bebidas, era objeto de un culto ceremonial que se preparaba con anticipación, tanto en La Paz como en capitales del interior y el medio rural, con la esperanza de reducir las bajas temperaturas de la fecha. Numerosas familias hacían arder grandes cantidades de leña, maderas, ropa vieja, papel usado, etc., sin considerar, ni mucho menos, el daño que se estaban haciendo al ambiente.
Para esa noche de fogatas tradicionales, en gran proporción se quemaba leña de vegetales, como la yareta y árboles nativos talados sin la menor consideración en los alrededores de la ciudad, produciendo extraordinaria depredación de los campos, sin contar los efectos en el clima y la salud de la población.
No se debe descontar que la Noche de San Juan también servía para hacer explotar toneladas de fuegos artificiales importados y que se sumaban a la quema de miles de hectáreas de bosques y pastizales en las praderas orientales, incendios que hacían de Bolivia uno de los países que más daño causaba a la naturaleza.
Esa época depredadora de triste memoria pasó a la historia con su secuela de daños a la salud humana y la naturaleza. La población ha tomado conciencia de la gravedad de esos fuegos y al presente no solo se opone, sino combate las fogatas, colaborando, a la vez, al cumplimiento de disposiciones legales que por iniciativa de varios gobiernos se ha puesto en práctica.
En esa forma, la contribución del pueblo paceño y la población boliviana en general, para oponerse a la quema de miles de toneladas de desechos y desperdicios, significa un aporte real, de extraordinario significado, no solo a favor de la ecología local, sino también planetaria.
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