Comerciantes obstruyen investigación sobre explosión

Luego de la explosión registrada al interior de un quiosco del comercio en el sector Tiwanaku de la Ceja de El Alto, la tarde del pasado viernes, las vendedoras procedieron a barrer y limpiar todo indicio que pueda establecer la venta de fulminantes y dinamita, aspecto que constituye obstrucción al proceso de investigaciones, dio a conocer el teniente Mauricio Vargas, oficial de la Unidad de Bomberos.

Efectivos de la Unidad de Bomberos, nuevamente se presentaron en el lugar del siniestro con la finalidad de recolectar algunos indicios y analizar los daños generados que permitan establecer qué elementos produjeron la explosión al interior de uno de los quioscos donde se venden guías de dinamita, mezclados con productos utilizados para las ofrendas en la tradición andina.

“Estamos realizando un informe, en el cual observamos la obstrucción a la labor policial en el proceso de investigación, aspecto que debe ser sancionado de acuerdo con el Código Penal. En este sentido, también se debe proceder con la investigación por las instancias correspondientes”, indicó.

El entrevistado explicó que las denominadas “chifleras” ofrecen entre sus productos guías de dinamita, “que según ellas sirve para los sahumerios, pero nos ha parecido extraño que luego de que fueron auxiliadas las seis personas heridas, las comerciantes se dieron a la tarea de barrer todo el sector e inclusive echaron agua al lugar, situación que también debe ser tomada en cuenta en las investigaciones, “porque no es usual que se hayan dado a la tarea de recoger todas las evidencias”, reiteró.

A pesar de la limpieza y barrido realizado por las comerciantes, la Unidad de Bomberos logró conseguir las bolsas de basura, donde recolectaron todos los desechos que serán analizados para establecer si las comerciantes ofrecen fulminantes y dinamita.

Si bien la propietaria del comercio donde se generó la explosión en sus primeras declaraciones no recuerda “qué pasó, sólo dio a conocer que sintió una especie de chispazo en la parte de la espalda y lo único que reconoce es que vende guía de explosivo”, añadió la autoridad.

Bomberos no confirma ni descarta que el artefacto explosionado sea una parte de dinamita, por lo que aún no se define qué generó la explosión que tuvo un área de impacto de 15 metros a la redonda.

PROHIBICIÓN

La Unidad de Bomberos recordó que por normas legales queda prohibida la comercialización de explosivos o partes de estos, como establece la Ley de Armas y su Reglamento.

De acuerdo con el Reglamento para importación, exportación, transporte, almacenamiento y comercialización de explosivos, armas y municiones, el artículo 106 señala que “La Unidad de Material Bélico queda autorizada a implementar mecanismos para la inscripción en el Registro de Comerciantes Intermediarios de Explosivos, (…) al detalle, mediante el Certificado de Registro de Comerciante Intermediario de explosivos”. El artículo 107 dispone que “Los Comerciantes Intermediarios de Explosivos quedan prohibidos de vender o comercializar explosivos, cuyo origen no se encuentre respaldado con la factura fiscal del fabricante o importador correspondiente”.

En caso de no tener el Certificado de Registro otorgado por la entidad pertinente se sanciona con el decomiso del producto y la clausura definitiva de la comercializadora, en coordinación con la autoridad competente.

HERIDOS

La tarde del pasado viernes 29, las seis personas que resultaron heridas, en principio fueron remitidas al hospital Boliviano Holandés, ayer sólo la comerciante Felisa Quispe Janco, de 33 años, quien presentaba estado de gestación de seis meses fue trasladada al Hospital Arco Iris en la ciudad de La Paz, donde recibe los controles por su condición de gravidez.

En el caso de las otras cinco personas, fueron dadas de alta, porque no se registró gravedad en sus heridas, “la mayoría de ellos solo presentaba contusiones”, indicó el oficial Vargas.

La explosión al interior de un quisco en la avenida Tiwanaku, registrado a las 15.30 horas del pasado viernes, se encuentra en proceso de investigación por parte de la instancia policial, mientras las comerciantes son renuentes a conversar con medios de comunicación y dar a conocer los factores de riesgo que se comercializa en el sector.