Luego de agotar todos los trámites y requisitos que le exigieron en la Subalcaldía para contar con una licencia de venta en la calle 21 de San Miguel, Leandro Limachi continúa luchando y a la espera de una respuesta favorable de las autoridades municipales.
A pesar de la discapacidad psicomotora que padece, hace más de un año Leandro inició sus trámites para contar con un puesto de venta en una esquina de la calle 21 de San Miguel, a donde acude todos los días desde su vivienda en Vella Vista.
Conocedores del problema, por el que a traviesa Leandro, los concejales Isaac Fernández y Andriana Cornejo comprometieron interponer sus buenos oficios en la Subalcaldía de la zona Sur para que le hagan entrega de su licencia de venta y pueda tener su anaquel.
La solicitud cursa actualmente en la Subalcaldía de la zona Sur, donde la burocracia parece ensañarse con las apremiantes necesidades de Leandro, quien continúa a merced de las inclemencias del invierno paceño, soportando el frío de la mañana, el intenso sol del mediodía y el viento del atardecer, lo que afecta más su salud.
“No quiero ser una carga para mi familia, por eso trabajo para mis medicamentos”, dice mientras intenta calentar sus manos.
Leandro Limachi no pierde la esperanza de obtener su permiso de venta, sin embargo, pese a sus esfuerzos y continuo peregrinaje al parecer está condenado por las autoridades municipales a un interminable trámite.
Leandro ofrece a la población productos sencillos, tales como agujas, cortauñas, hilos, pegamentos, ganchos e incluso calendarios, que lo ayudan a subsistir, pese a sus adversas condiciones de salud, su rostro expresa un tanto de ternura y genera una fuerte empatía que hace que la población se acerque a adquirir algún accesorio que ofrece.
Para muchos es ejemplo de perseverancia y optimismo, pese a las dificultades que le impone la vida, a diario Leandro lucha y se esfuerza por salir adelante con un trabajo digno.
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