PSICOLOGÍA
Yackieline Tórrez
La adolescencia es un período de la vida de la persona, un desarrollo biológico, psicológico, sexual y social comprendido entre la aparición de la pubertad, que marca el final de la infancia. Cuántas veces escuchamos que debemos comprender esta etapa, por todos los cambios que contempla.
Como padres nos preocupan del adolescente sus actitudes de aislamiento con su familia, amigos y hasta en el mismo colegio, pasando horas en su habitación, a veces sin ganas de comer, con cambios en su forma de vestir, al pintar su cabello o hacerle cortes que llaman mucho la atención. Todo padre desea lo mejor para sus hijos, sin embargo no sabemos cómo manejar sus actitudes. Uno de los errores más comunes es centrarnos en darles lo mejor y no darles la atención necesaria, exponiéndolos a peligros, mientras están buscando nuevos propósitos de vida, nuevos amigos, nuevas experiencias y lastimosamente, lo que en casa no hay es atención, amor, buscando la pertenencia a un grupo.
He aquí algunas sugerencias para poder comprender sus acciones y qué hacer como padres:
1.- Demostrar afecto: Pese a que ellos en ciertas circunstancias rehúsen que los abracen es importante decir y demostrar con palabras y acciones su amor. El amor es un factor esencial en esta etapa; que nuestros hijos no se sientan amados, es motivo para que ellos busquen actividades ilícitas o malos compañeros.
2.- Póngase en el lugar de su hijo: Es muy importante la empatía, ayúdele a entender que es normal que esté un poco preocupado o cohibido y que también es normal que a veces se sienta «mayor» y otras veces, como si todavía fuera un «niño», se sienta confundido, pero usted está ahí para apoyarlo.
3.- Si su hijo adolescente quiere teñirse el pelo: Pintarse de negro las uñas o vestir de forma estrafalaria, tal vez valga la pena que usted lo piense dos veces antes de oponerse. A los adolescentes les gusta sorprender a sus padres y es mucho mejor dejarles que lo hagan con cosas que son temporales e inofensivas. Guárdese las objeciones para las cosas que importan de verdad, como el tabaco, las drogas, el alcohol o cambios permanentes (e irremediables) en su aspecto. Pregunte a su hijo por qué quiere vestirse o tener un aspecto de una determinada manera e intente comprender cómo se siente. Es posible que también le interese comentarle cómo lo percibirán los demás: ayude a su hijo a entender cómo lo verán los demás cuando vista o se vea de ese modo.
4.- La adolescencia: Suele ser una etapa de experimentación y a veces esa experimentación incluye comportamientos arriesgados. Aprenda a comunicarse, hable con su hijo antes de que sea tarde, sobre diferentes temas. No eluda los temas relacionados con sexo, drogas, alcohol y tabaco. Si conversa con su hijo abiertamente sobre estos temas, antes de que se exponga a ellos, habrá más probabilidades de que actúe de forma responsable cuando llegue el momento. Comparta los valores de su familia con su hijo y hable con él sobre lo que considera correcto e incorrecto.
5.- Conozca a los amigos de su hijo y a sus padres: Pueden ayudarse los unos a los otros a hacer un seguimiento de las actividades de sus hijos, sin que éstos se sientan vigilados.
6.- Sepa identificar las señales de alarma: Aumento o pérdida excesiva de peso, problemas de sueño, cambios rápidos y drásticos en su personalidad, cambio repentino de amigos, faltar a clase continuamente, notas malas, hablar o incluso bromear sobre el suicidio, indicios de que fuma, bebe alcohol o consume drogas.
7.- Respete la intimidad de su hijo: A algunos padres les cuesta mucho respetar la intimidad de su hijo. Está claro que, por estrictos motivos de seguridad, usted siempre debe saber dónde está, qué está haciendo, con quién está y cuándo volverá su hijo.
8.- Empiece por la confianza: Deje que su hijo sepa que usted confía en él. Pero, si se rompe la confianza, su hijo deberá disfrutar de menos libertades hasta que la recupere. Supervise lo que ve y lo que lee su hijo: programas de televisión, revistas, libros, Internet; puede acceder a un montón de información. No tema fijarle límites sobre la cantidad de tiempo que puede pasar delante del televisor o de la computadora. Sepa qué aprende su hijo de los medios de comunicación y con quién se comunica a través de Internet.
9.- Establezca normas apropiadas: La hora a la que su hijo adolescente debe acostarse ha de ser la adecuada para su edad. Los adolescentes todavía necesitan dormir de 8 a 9 horas por la noche. Recompense a su hijo por ser una persona digna de confianza.
Decida cuáles son sus expectativas y no se sienta ofendido cuando su hijo no quiera pasar tanto tiempo con usted como antes. Piense en su propia adolescencia: probablemente usted sentía lo mismo con respecto a sus propios padres.
10.- Equilibre su trabajo y su familia: Recuerde que si se organiza y planifica mejor sus actividades, dispondrá no solo de tiempo para tus hijos, si no para sí mismo, ello implicará calidad de vida.
A medida que su hijo avance por los años de la adolescencia, usted notará que disminuyen los altibajos emocionales propios de esta etapa. Al final, se convertirá en un joven independiente, responsable y comunicativo. Tenga mucha paciencia y recuerde que este proceso es conjunto, como padres. Y si ve que las cosas van saliendo más de sus manos, busque ayuda adecuada.
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