Habilitaron áreas recreativas

“Los ambientes de recreación nos distraerán de la depresión que nos acaba”, afirmó Roberto Velarde, un adulto de 80 años, quien manifestó que los cuatro espacios (lectura, juegos, audiovisual y estimulación cognitiva) que fueron inaugurados ayer, en el Asilo María Esther Quevedo, “será un aliento para seguir subsistiendo”.

Velarde no tiene familiares y hace todo lo posible por distraerse, con materiales en desuso, confecciona boinas, estuches de instrumentos e incluso disfraces, sin embargo presenta episodios de depresión. “Algunas veces estoy sentado cruzado de brazos sin hacer nada, me daba ganas de irme (del asilo), pero ahora podré leer, jugar cacho”, sonríe.

La administradora del asilo, Betsi Luna, señaló que muchas veces era necesario buscar actividades que satisfagan algunas necesidades de los adultos mayores, por lo que se pensó efectivizar un proyecto que pueda capturar su atención.

“Este espacio reunirá a los abuelitos y permitirá que puedan compartir momentos de forma entretenida”, dijo Luna.

Los espacios de estimulación Cognitiva, de juegos, de lectura y el audiovisual, forman parte de las cuatro áreas recreativas que buscan combatir la depresión de los adultos mayores.

Existen muchos adultos mayores con diferentes habilidades que ahora podrán compartir con sus compañeros, también se tendrá la visita de estudiantes para que enseñen a los ancianos a utilizar el lector de Cds y puedan ver películas, además de otras actividades.

El asilo Quevedo aglutina a 51 ancianos, en este primer semestre ingresaron al menos cuatro ancianos que no cuentan con familia y se encuentran en estado de vulnerabilidad.

El director del Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges), Mario Cáceres, afirmó que los espacios inaugurados favorecerán a los ancianos a mejorar su autoestima, fortalecerán los vínculos sociales, además se tendrá una participación intergeneracional en actividades de desarrollo sociocultural.

Afirmó que los ambientes fueron adecuados con recursos materiales que se tenían en la Unidad de Mantenimiento del Sedeges, muchos libros y juegos fueron donaciones que recibió el asilo; también algunos aportes económicos que fueron donados por la población sirvieron para comprar algunos muebles.