Las redes sociales se han convertido en medios para que la población haga conocer sus inquietudes, problemas, criterios, ideas y preocupaciones sobre el acontecer nacional y lo hacen sin freno alguno y es el medio que mejor muestra que la libertad de expresión es derecho inalienable del pueblo. Así se ha demostrado en infinidad de oportunidades reclamando la presencia del Defensor del Pueblo que normalmente es ajeno a los problemas que se producen en el país y muy especialmente en La Paz, sede del gobierno.
La ausencia del Defensor del Pueblo es notable, especialmente durante la realización de grandes conflictos que han tenido en vilo a la población y al mismo gobierno. En criterio de los afectados, en por lo menos cinco conflictos: el conflicto de los médicos, el rechazo al Código Penal, el caso de los productores de coca de los Yungas, la convocatoria al paro por la decisión “Bolivia dijo no” y, finalmente, el caso de los estudiantes de la UPEA, han despertado inquietudes y apoyos de la colectividad nacional y se han expresado en manifestaciones, protestas, concentraciones, suspensión de atención en salud y otros hechos que, han sido reprimidos enérgicamente por los cuadros policiales que han llegado a excesos. Se ha lamentado el saldo de heridos y hasta la muerte de personas y el Defensor del Pueblo no mostró una actitud oportuna, sino mediante sus representantes y de manera muy leve.
Para el común de las personas que han intervenido en los conflictos, “el Defensor del Pueblo es defensor del gobierno, de la Policía y del partido de gobierno”. Se le han hecho preguntas como ¿Qué hace usted? ¿Por qué no cumple con sus deberes de defender al pueblo? ¿Por qué solamente defiende al gobierno? Él, se dice, solamente muestra en todo que pertenece al partido de gobierno y, como tal, solo es defensor del régimen y su partido. Estas acusaciones son graves y no se puede decir que son aisladas o no son ciertas, porque los medios alternativos de comunicación han mostrado fotografías y textos que muestran la veracidad de hechos denunciados y ante los que el Defensor del Pueblo solo muestra evasivas.
El Defensor del Pueblo es, conforme señala la Constitución, la persona encargada de defender los derechos humanos contra todo tipo de abusos, debe hacerlo imbuido de vocación de servicio y enfrentar a quien sea con los argumentos que le permiten las leyes, para defender y salir por los fueros del bien común; debe actuar en consonancia con muchas organizaciones e instituciones cuando se trata de velar por los derechos de las personas y mucho más de aquellas que se encuentran sumidas en graves conflictos con las fuerzas del orden, que normalmente no trepidan en acciones violentas contra los protagonistas de las protestas. El Defensor debe ser apolítico, independiente y libre de actuar en pro de la colectividad; no ha sido elegido como defensor de lo injusto, ni del gobierno y ni de la Policía o de cualquier sistema represor.
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